Hellboy regresa del infierno para no dejar títere con cabeza y para recuperar el espíritu de las películas fantásticas políticamente incorrectas de antaño.
Dirección: Neil Marshall
David Harbour, Milla Jovovich, Ian McShane, Sasha Lane, Daniel Dae Kim
Como si se tratara de una versión clase “B” anterior a las películas dirigidas por Guillermo Del Toro (piense en la película de 1989 de The Punisher, protagonizada por Dolph Lundgren), llega el reboot de Hellboy, el excéntrico superhéroe creado en 1993 por Mike Mignola para Dark Horse Comics.
Con un tono retro y definitivamente para adultos, esta “actualización” de Hellboy deja atrás el elegante estilo visual de sus dos películas predecesoras, para enfocarse en la ultra violencia y en los insultos de grueso calibre. El actor David Harbour (de la serie Stranger Things) reemplaza al estupendo Ron Perlman encarnando al demonio convertido en agente de lo paranormal. Al igual que Perlman, Harbour luce como el personaje, pero se limita a gritar y a destripar criaturas demoniacas a diestra y siniestra. Piense en una versión más caricaturesca y menos solemne del personaje y se hará una idea del nuevo Hellboy.
Como es costumbre con las películas de superhéroes, Hellboy posee un mentor, el cual es el Profesor Broom, su padre adoptivo (Ian McShane de la serie Deadwood), unos ayudantes representados en la joven médium Alice Monaghan (Sasha Lane de American Honey) y en el Mayor Ben Daimio (Daniel Dae Kim de la serie Lost) y una poderosa villana llamada Nimue (Milla Jovovich de la saga de Resident Evil). Pero aquí no hay construcción de personajes. Más bien todo se reduce a una destrucción de personajes.
El sentido del humor es muy irregular. Sin embargo, los referentes a Leni Riefenstahl, al personaje de Lobster Johnson, la casa ambulante con patas de pollo de la bruja tuerta Baba Yaga, y unos demonios gigantes que parecen ser los hijos bastardos de Cthulhu de Lovecraft y los cenobitas de Hellraiser, harán las delicias tanto de los seguidores fieles del cómic, así como de los amantes del género fantástico.
El director Neil Marshall, autor de las interesantes cintas The Descent, Doomsday y Centurion (todas con una marcada estética “B”), adopta a Hellboy con un estilo más cercano a las revistas Pulp de principios del siglo XX que a los cómics de Mignola de finales del mismo. Esto convierte a esta cinta en todo un gusto adquirido. Quienes han seguido las películas de Marvel y DC del siglo XXI, quedarán extrañados con el ritmo caótico y con el exagerado despliegue de cabezas y torsos mutilados, así como de unos efectos especiales baratos, pero con el espíritu de Ray Harryhausen. Los amantes de las cintas de Del Toro, sentirán esta nueva versión como una cachetada en el rostro. Pero quienes todavía adoramos el camp (“es tan mala que es buena”) y las películas fantásticas políticamente incorrectas de antaño (I Come In Peace, The Hidden, Re-Animator), encontraremos en el nuevo Hellboy, lo que hubiera pasado si Roger Corman hubiera dirigido una cinta de superhéroes.
P.D. No se pierda dos divertidas escenas post-créditos.
