Una película colombiana que se enfoca en la frustración, la rabia, la desesperación y el amor de una mujer que a la vez es esposa, madre y nuera.
Dirección: Ana Sofía Osorio
Ángela Carrizosa, María Cecilia Botero, Alejandro Aguilar, Catherine French, Vanessa Blandón
Amalia es el título de una discreta pieza cinematográfica y también es el nombre de la hija de Cristina, su protagonista.
Cristina (Ángela Carrizosa) tiene 43 años de edad y está embarazada de su segundo esposo, Julián (Alejandro Aguilar). Su edad la lleva a tomar las medidas de precaución necesarias para poder tener a su bebé. Cristina no se lleva para nada bien con su suegra Elena (María Cecilia Botero), una madre sobreprotectora que visita frecuentemente la casa de los esposos. Amalia (Vanessa Blandón), la hija del anterior matrimonio de Cristina, es una típica adolescente rebelde que llega tarde a casa y que exaspera con su conducta a su madre. Sin embargo, las cosas se salen de control cuando Amalia le pide a su padrastro que la deje en un parque para encontrarse con sus amigas y dicho lugar se convierte en el escenario de un atentado que deja numerosos heridos y muertos.
La segunda película de la directora Ana Sofía Osorio (luego de Sin palabras), intenta generar una experiencia inmersiva en el espectador para que este sienta la frustración, la rabia y, principalmente, la desesperación de una madre que no sabe qué le ha ocurrido a su hija. Si se hubiera prestado una mayor atención a los detalles y se hubiera orquestado mejor ese caos familiar producto de la tragedia, la inmersión hubiera sido mucho más efectiva. Y es que en el mundo de Cristina las ambulancias están disponibles y llegan a tiempo, el hospital visitado es el hospital acertado y a los comentarios de la suegra les falta una mayor dosis de veneno y cizaña (María Cecilia Botero es una actriz que carece de azufre y bilis para este papel).
De todas maneras, Amalia le muestra a los realizadores de nuestro país que hacer una película modesta, pequeña y enfocada en lo cotidiano, es quizás el mejor camino a seguir si se busca asegurar un futuro promisorio para el cine colombiano.
