Scarlett Johansson y Adam Driver logran los mejores papeles de su carrera, interpretando a una pareja que ya no quiere seguir junta, en la mejor película de la filmografía de Noah Baumbach, ese agudo observador de la condición humana.
Director: Noah Baumbach
Adam Driver, Scarlett Johansson, Laura Dern, Alan Alda, Ray Liotta, Julie Hagerty, Merritt Wever, Azhy Robertson
Desde una perspectiva neuropsicológica, la risa es un reflejo que se produce como respuesta ante las situaciones absurdas. Desde una dimensión filosófica, el absurdo hace referencia a lo contradictorio, lo irracional, lo inútil, lo extravagante, lo inadecuado. En últimas, se podría pensar que la risa es una respuesta ante la falta de sentido de la existencia.
Noah Baumbach es un guionista y director neoyorquino, heredero del trabajo de Woody Allen, quien a lo largo de su carrera ha intentado llegar a la esencia de la comedia cinematográfica, haciéndonos reír del absurdo de nuestra vida y de nuestras relaciones, como lo atestiguan sus obras The Squid And The Whale, Margot At The Wedding, Greenberg, Frances Ha, While We’re Young o The Meyerowitz Stories. Sin embargo, el nivel de genialidad logrado con Historia de un matrimonio, convierte a su última película en toda una obra maestra. Definitivamente, esta es una de las mejores películas del año, de la década que termina, y uno de los mejores dramas domésticos de todos los tiempos.
Como un comediante experto, Baumbach logra subrayar todos los vicios cometidos en las relaciones de pareja y nos hace evidente el absurdo inherente en ellos. Este director nos hace ver cómo los seres humanos hemos sido, somos y seremos falibles. El egoísmo, la infidelidad, los reproches, el desamor, la falta de empatía, el rencor, el resentimiento, el orgullo, la frustración y el odio, hacen parte de la condición humana, y el principal absurdo de nuestra especie es que persistimos en negar esta realidad, tanto en nosotros como en las personas que amamos o decimos que amamos.
Baumbach utilizó su dolorosa separación de la actriz Jennifer Jason-Leigh como inspiración para esta película. Y tal vez, debido a que vivió en carne propia la experiencia, es que logra transmitir en su película, con suma elocuencia, el dolor, el miedo, la desesperación, la confusión, la rabia y la profunda tristeza que hemos experimentado todos los que hemos pasado por ella, ya sea de manera directa (como parte de una pareja) o indirecta (como hijos, amigos o familiares).
Historia de un matrimonio comienza con la lista de las cosas que Charlie (Adam Driver) y Nicole (Scarlett Johansson) aman del otro. Pero en seguida nos damos cuenta que esta es una tarea impuesta por un terapeuta de pareja. Charlie y Nicole, padres de Henry, un adorable niño de ocho años de edad (Azhy Robertson), y dos personas que realmente se quieren y que aman a su hijo, están pensando en separarse.
Nicole, una actriz de cine quien conoció a Charlie en calidad de director de teatro y de quien se enamoró perdidamente, ahora se resiente de haber abandonado sus proyectos personales y quiere volver a retomar sus sueños, supuestamente perdidos, aceptando protagonizar un piloto para la televisión, lo que la lleva a viajar a Los Ángeles para vivir con su madre (Julie Hagerty), quien lleva sobre sus hombros el peso de una relación amorosa fallida. Charlie, por su parte, le fue infiel a Nicole con una compañera de trabajo, pero ama a Nicole y a su hijo, y quiere continuar viviendo en Nueva York para continuar con su labor. Ambos quieren separarse en los mejores términos y continuar como amigos, así como continuar siendo los mejores padres del hijo que tienen en común, pese a las circunstancias.
Pero en las sociedades actuales, el arte, la ciencia y las relaciones afectivas, están permeadas no solamente por la falibilidad humana, sino que también están contaminadas por el sucio dinero. Gracias a los consejos de una amiga, Nicole busca consejo de Nora Fanshaw (una excelente Laura Dern), la prestigiosa abogada que, aproximándose a la mujer lastimada como si fuera su mejor amiga, lo que quiere en verdad es una jugosa comisión, apelando a los derechos de Nicole como esposa, madre y mujer.
Eso obliga a Charlie a buscar también un abogado. Primero opta por el todavía humano Bert Spitz (Alan Alda), pero al darse cuenta de los ataques despiadados de la abogada de su esposa, opta luego por tener su “propio hijo de puta” encarnado en el abogado Jay (Ray Liotta). Y es aquí donde las cosas se salen de control, gracias al orgullo, el egoísmo, el dolor y la necesidad de ganar (ambos manifiestan como cualidades del otro, sus espíritus competitivos). ¿Ganar qué? Esa es la pregunta que nos hace Baumbach, la cual es tan absurda como su respuesta.
La película ganadora del Óscar Kramer Vs. Kramer abordó una temática similar y contó con Dustin Hoffman y Meryl Streep para darle fuerza y contundencia a su historia. Pero estos dos grandes actores palidecen ante las sublimes interpretaciones de Driver y Johansson.
La “viuda negra” del universo Marvel ya nos había sorprendido apoyándose solamente en su voz, para confeccionar un inolvidable personaje romántico en la cinta Her, junto a Joaquin Phoenix; y utilizando su expresión corporal para generar un impacto indeleble como esa extraterrestre devoradora de hombres en la magistral Under The Skin. Sin embargo, aquí logra el mejor papel de su carrera hasta la fecha, como esta esposa que aparenta seguridad y fortaleza, pero que está tan confundida y lastimada como su esposo y su hijo.
Pero es “Kylo Ren” del universo de Star Wars, quien logra aquí una de las interpretaciones más impresionantes en la historia del cine. Ya sabíamos del profesionalismo de este militar convertido en actor, al encarnar a ese hermoso poeta de la vida cotidiana en Paterson, o a ese policía judío molesto con la injusticia de BlacKkKlansman. Pero es en esta cinta, donde logra la mejor actuación de su carrera hasta la fecha, interpretando a ese esposo inmerso en una profunda tristeza y que no entiende por qué su esposa lo ha dejado de amar, así tenga las respuestas al frente suyo. En muy pocas ocasiones un actor ha logrado transmitir la empatía que Driver logra comunicar con su personaje de Charlie. Estamos ante un trabajo actoral legendario.
Noah Baumbach logra una obra maestra que nos hace reír del absurdo de la vida y de las relaciones humanas. Esta es una cinta muy triste, pero al mismo tiempo terapéutica, que como la canción de Stephen Sondheim que Charlie interpreta, nos hace tomar consciencia de lo que implica estar vivo y de haber tenido a alguien a nuestro lado que ya no quiere estar con nosotros, dejando en su lugar, un vacío ocupado por un profundo dolor.
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