Director: John Mackenzie
Bob Hoskins, Helen Mirren, Leo Dolan Derek Thompson, Bryan Marshall , Eddie Constantine
Con The Long Good Friday queda demostrada la pericia de los británicos a la hora de abordar en la gran pantalla el mundo criminal. Su protagonista es Harold Shand, interpretado de forma magistral por Bob Hoskins en el papel que lo convertiría en estrella. Para su estreno norteamericano, se insertaron intertítulos para explicar la jerga Cockney de Harold. Sin embargo, con o sin intertítulos, la actuación de Hoskins es de una gran volatilidad.
Harold tiene en mente un proyecto arquitectónico de gran envergadura, el cual se llevará a cabo en los puertos de Londres. Para financiar su ambicioso plan, ha invitado a Charlie (Eddie Constantine), un mafioso norteamericano para que se convierta en su socio inversionista. Las cosas han ido bien para Harold: vive en un lujoso penthouse, posee un yate con el que navega por el Támesis y tiene una novia hermosa, inteligente y leal (Helen Mirren confesó que peleó con los realizadores, para que su personaje fuera algo más complejo que la simple rubia tonta novia de un mafioso).
Además de sus múltiples y prósperos negocios, Harold quiere más. Y la ambición tiene su precio. En plenas negociaciones con Charlie, el chofer personal de Harold muere víctima de una bomba colocada en el interior de su Rolls Royce, uno de sus socios es apuñalado en una piscina (nada menos que por Pierce Brosnan en su debut en el cine), su bar también es destruido por una explosión, y una bomba puesta en su casino por suerte no alcanza a estallar. ¿Quién quiere estropear los planes de Harold?
El director John Mackenzie y el actor Bob Hoskins logran una especie de milagro al hacernos simpatizar con un hombre cruel, sádico, violento y dispuesto a todo para convertir en realidad sus sueños materialistas. Tampoco se puede olvidar la poderosa banda sonora de Francis Monkman y el estupendo final de la cinta. De todas maneras, este relato, acerca de la caída de un hombre durante un fin de semana, es de lo mejor que nos ha dado el cine británico y la interpretación de Hoskins es material de leyenda.
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