El director de Madame Satá nos entrega un triste melodrama acerca de dos hermanas separadas durante gran parte de sus vidas, que sufren los abusos y las imposiciones de los hombres que dicen amarlas.
Director: Karim Aïnouz
Julia Stockler, Carol Duarte, Flávia Gusmão
El cine brasilero de los últimos 40 años, usualmente se caracteriza por tener a unas mujeres fuertes como protagonistas, por ser crudo y franco en su abordaje de la sexualidad y por poseer una hermosa fotografía.
Todas estas cualidades se encuentran condensadas en La vida invisible de Eurídice Gusmão, cinta ganadora del premio Una cierta mirada del Festival de Cannes, dirigida por Karim Aïnouz (Madame Satá) y basada en el libro homónimo de la periodista Martha Batalha, publicado en el 2016.
Tanto la película de Aïnouz como la novela de Batalha, siguen por más de medio siglo, la vida desgraciada de Guida (Julia Stockler) y Eurídice (Carol Duarte), dos hermanas condenadas a vivir separadas durante su vida adulta debido a las imposiciones de Manoel, un padre machista, autoritario y moralista (António Fonseca).
La teoría del cine de autor se aplica aquí, ya que las experiencias de estas mujeres también guardan relación con las vividas por su director, un hombre que creció rodeado por unas mujeres que fueron criadas en un mundo antes de la invención de la píldora, la revolución sexual y la posibilidad del divorcio.
Aïnouz logra controlar con maestría este turbulento melodrama, que critica duramente a la estructura tradicional de la familia y que le da la bienvenida a las nuevas maneras de construirla, basadas en el amor y no en la sangre y la imposición. A su vez, el director se sirve de unas estupendas interpretaciones a cargo de Duarte y Stockler, quienes le imprimen sensualidad, complejidad y fuerza a los personajes de Eurídice, una pianista que ve frustradas sus aspiraciones debido a un esposo bueno para nada que desea tenerla encerrada en el hogar y llena de hijos; y Guida, la hermana que toma una mala decisión sentimental con un marino griego, y quien es echada de la casa de sus padres al quedar sola y embarazada.
La estructura diseñada para hacer derramar las lágrimas del espectador de La vida invisible de Eurídice Gusmão, es heredera del cine de D.W. Griffith y Douglas Sirk, así como de las típicas telenovelas latinoamericanas. Sin embargo, la cinta logra evidenciar la toxicidad masculina que continúa afectando nuestra sociedad actual, y construye un conmovedor retrato sobre dos mujeres que intentan rebelarse ante los constantes abusos de los hombres que supuestamente las aman.
La vida invisible de Eurídice Gusmão se podrá ver por la Sala virtual de la Cinemateca de Bogotá.
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