Un precioso documental presentado en blanco y negro, que nos habla sobre el inclemente paso del tiempo, sobre el castigo y también sobre el perdón.
Director: Garrett Bradley
Lo que iba a ser un documental corto, se convirtió en un largometraje acerca de Sibil Fox Richardson, una mujer a la que le gusta ser llamada Fox Rich, y quien estaba esperando a que su esposo, Robert Richardson, cumpliera una condena de sesenta años en prisión, luego que los dos, junto con un sobrino y motivados por su desesperación económica, intentaran asaltar de manera infructuosa un banco. Rich fue sentenciada a trece años, de los cuales sirvió tres y medio.
Justo en el último día de filmación del cortometraje, Rich le entregó a su director Garrett Bradley una caja con cintas de vídeo. Estas cintas contenían dieciocho años de grabaciones de ella y sus seis hijos, realizadas con una cámara digital casera, la mayoría con un encuadre vertical. Junto con las cintas se encontraban varias cartas de Rich dirigidas a su esposo.
Bradley organizó el material audiovisual y escrito, y lo combinó con el material filmado por él y otros tres fotógrafos para el corto. El resultado es Time, un documental presentado en un hermoso blanco y negro, que documenta la lucha de Rich por buscar la liberación de su esposo quien, en el momento de realizarse la película, ya había cumplido dieciocho años de condena.
Más que enfocarse en el crimen cometido por los Richardson, Time se enfoca en las razones por las cuales las personas deben pagar por sus crímenes y hasta qué punto el perdón hace parte del cumplimiento de la ley y, en últimas, de todo el sistema judicial. También nos muestra lo que la cárcel provoca a una familia, la cual muchas veces no logra adaptarse a la ausencia de uno de sus miembros.
Gracias a las imágenes presentadas por Bradley, se transmiten con suma elocuencia las inquietudes y los sentimientos evocados por el caso de los esposos Richardson (aunque la música llega a ser algo intrusiva). Y es que uno de los aspectos mágicos del cine, el cual consiste en transgredir y manipular las fronteras del tiempo, aquí se utiliza de una manera conmovedora, para mostrar en cuestión de segundos a unos niños convertirse en todos unos adultos y cómo su madre deja atrás en un abrir y cerrar de ojos su rostro y actitud juvenil, para adoptar un rostro más triste, más serio y más curtido por el paso del tiempo.
Luego de ver este documental, cabe preguntarse lo siguiente: ¿Qué hubiera hecho Marcel Proust, el autor de En busca del tiempo perdido, quien quería recordarlo todo, si hubiera tenido en sus manos una cámara en vez de una pluma?
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