El homenaje de Guillermo Del Toro a los géneros Mecha y Kaiju, se reduce en esta secuela a un homenaje a los Go-Bots y a los Power Rangers.
Director: Steven S. DeKnight
John Boyega, Scott Eastwood, Charlie Day, Cailee Spaeny
Pacific Rim fue una excelente película de ciencia ficción que le rendía tributo a los géneros japoneses Mecha (robots gigantes tipo Mazinger-Z) y Kaiju (monstruos gigantes tipo Godzilla). Ambientada en la década de 2020, Pacific Rim nos mostraba un futuro apocalíptico en el que la Tierra es atacada por unos monstruos enormes que llegaron desde un portal interdimensional en el fondo del Océano Pacífico, llamado «El Abismo» (todo un guiño a los cuentos de Lovecraft). Es así que los seres humanos crean a los Jaegers (unos robots colosales controlados por dos jóvenes pilotos cuyas mentes están unidas por un puente neural (un guiño a Neon Genesis Evangelion), para combatir a estos monstruos y salvar a la humanidad (guiño a Starship Troopers).
Su director, Guillermo Del Toro, sabía lo que estaba haciendo, y el resultado fue una película solemne, tremendamente divertida y emocionante, con personajes bien construidos y con unas escenas de acción impresionantes, dejando a la horripilante saga de Transformers en desgracia.
Ahora llega Pacific Rim Uprising, una secuela que se estrena 5 años después de la cinta original y que coloca al director Steven S. DeKnight (quien viene de series de televisión como Buffy The Vampire Slayer, Smallville y Daredevil) en reemplazo de Del Toro. ¡Qué mala jugada!
DeKnight opta por alejarse de la visión de Del Toro y acercarse a la de Michael Bay. Como consecuencia, en esta segunda parte encontramos personajes superficiales y estereotipados, diálogos insulsos, chistes flojos, actores desperdiciados y un derroche excesivo de efectos visuales que terminan por abrumar y generar jaquecas en el espectador. ¡Otra mala jugada!
Sin embargo, Pacific Rim: Uprising es una buena cinta si la comparamos con cualquiera de las entregas de Transformers. La cinta incluye guiños a series camp como Ultraman o The Mighty Morphin Power Rangers (algo que le quita a la saga cualquier indicio de solemnidad) y las secuencias de acción son menos confusas que ese reguero de latas digitales que le encanta a Michael Bay.
Mi predicción es que esta segunda parte va a ser todo un éxito, ya que el público infantilizado que plaga los Múltiplex quiere ver productos como este: mucho ruido y pocas nueces.