Un kinkajú procedente de Cuba, se une a una niña de pelo morado para entregar una última canción, en una entrañable cinta animada que cuenta con la música del “niño consentido” de Broadway, Lin-Manuel Miranda.
Director: Kirk DeMicco, Brandon Jeffords
Con las voces de Lin-Manuel Miranda, Ynairaly Simo, Zoe Saldana, Gloria Estefan, Bryan Tyree Henry
El protagonista de la nueva película animada de los estudios Sony (pero estrenada en Netflix), es Vivo (Lin-Manuel Miranda), un talentoso kinkajú (mamífero de la familia de los prociónidos originario de Centroamérica), quien trabaja como artista callejero en Cuba, en compañía de su dueño Andrés (Juan de Marcos González), un músico y compositor veterano.
Andrés es invitado por Marta Sandoval (Gloria Estefan) una famosa cantante cubana radicada en Miami, para que lo acompañe en su gira de despedida. El músico, quien siempre estuvo enamorado de Marta, le compone una canción al amor de su vida, pero fallece antes del esperado encuentro, dejando solo a Vivo.
Es así que el kinkajú decide viajar a La Florida con Gabi (Ynairaly Simo), la hija de Rosa (Zoe Saldana), ambas parientes de Andrés, para entregar esa última canción a Marta.
Esta es la entrañable historia de Vivo, una cinta que cuenta con todos los elementos característicos de los trabajos amparados por Lin-Manuel Miranda, el niño consentido de Broadway, quien se dio a conocer gracias a sus exitosos musicales Hamilton (disponible en Disney+) e In The Heights (convertida en película por los estudios Warner). Tampoco podemos olvidar que Miranda estuvo detrás de Moana, la popular cinta animada de Disney, como de la desafortunada secuela de Mary Poppins (no todo lo que toca Miranda es oro).
Pero lo cierto es que este cantante, músico y compositor nacido en Nueva York y de ascendencia puertorriqueña, confecciona unos musicales cargados de energía, color y maravillosas canciones, que generalmente abordan el fenómeno de la migración latina en los Estados Unidos y que fusionan de una manera orgánica el tradicional Tin Pan Alley del teatro musical estadounidense, con ritmos contemporáneos como el Hip Hop, el EDM y el reggaetón.
Vivo no es la excepción. Esta es una cinta encantadora dirigida a un público infantil, que los padres de familia y los nostálgicos asociarán a esos clásicos de la animación para adultos como lo son Vampiros en la Habana de Juan Padrón y Chico & Rita de Fernando Trueba, ambos ambientados en Cuba. Y aunque Vivo es supuestamente el protagonista, lo cierto es que el show en realidad le pertenece a Gabi, una niña hiperactiva con el pelo teñido de morado, quien gracias a la voz de la debutante Ynairaly Simo, de tan solo trece años de edad, logra adquirir alma, vida y corazón.
La entrañable Vivo constituye un nuevo acierto para los estudios de animación de Sony, luego de las sorpresas La familia Mitchell Vs. las máquinas y El dragón de la tetera. Pero es una verdadera lástima que estas cintas animadas, plenas de color y belleza, no se puedan apreciar primero en el lugar al que realmente pertenecen: La pantalla de cine.
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