Al encontrar inspiración en Las reglas del juego de Renoir, en las series Upstairs Downstairs y Downton Abbey, así como en las películas de Almodóvar, esta comedia de enredos sobre la lucha de clases, termina siendo una grata experiencia.
Director: Javier Fuentes-León
Jely Reategui, Gracia Olayo, Tatiana Astengo, Gabriela Velásquez
Luzmila (Tatiana Astengo) y Peta (Gabriela Velásquez), son dos hermanas que viven en uno de los barrios más humildes del Perú. Todas las mañanas se levantan para tomar el transporte público y atravesar de lado a lado la capital, para llegar a los hogares de Carmen (la española Gracia Olayo) y Alicia (Grapa Paola), dos mujeres acomodadas, a las cuales Luzmila y Peta sirven como empleadas domésticas, respectivamente.
Carmen y Alicia viven en dos mansiones adyacentes que ocupan toda la manzana de uno de los barrios más lujosos de Lima. Ambas son unas amigas de infancia que no paran de hablar por teléfono la una con la otra (pese a que se quejan de una manera hipócrita, que la una es molestia para la otra).
Como si se tratara de una versión libre de Las reglas del juego, el clásico del cine francés de Jean Renoir, Carmen y Alicia se preparan para una reunión familiar motivada por dos razones: El cumpleaños número 65 de Alicia y la llegada de España de Andrés, su hijo escritor, quien va a presentar oficialmente a su novia Shirley (aunque el novio anteriormente se había asumido como gay). Y al mejor estilo de Downton Abbey, la maravillosa serie británica creada por Julian Fellowes (a su vez inspirada en el clásico de Renoir), vamos a ver a los criados y a los patrones prepararse para el evento social.
Siguiendo las reglas de una comedia de costumbres (o las de una comedia dirigida por Pedro Almodóvar), la reunión está destinada a convertirse en todo un desastre, ya que la novia del escritor es una actriz (Jely Reategui) que hace parte de un secreto familiar que involucra tanto a uno de los miembros de la familia acomodada, como a una de las empleadas domésticas (si han visto telenovelas latinoamericanas, ya se pueden imaginar qué tipo de secreto es).
Ambientada en el transcurso de un día de agitadas protestas, la tercera película de Javier Fuentes-León (luego de los dramas Contracorriente y El elefante desaparecido), es una divertida comedia de enredos que continúa con la tradición de Upstairs, Downstairs, esa otra popular serie inglesa que retrata la vida de “los de arriba” (la clase alta) y “los de abajo” (la servidumbre que trabaja para la aristocracia). Su director también ha comentado de Parásito de Bong Joon Ho y de El Ángel exterminador y El discreto encanto de la burguesía como importantes influencias para su cinta.
Pero lo cierto es que, aunque Las mejores familias no le llega a los talones a ninguna de las cintas o series citadas (ni siquiera se podría pensar como el equivalente de un trabajo menor de Almodóvar), lo cierto es que está muy bien actuada por casi todo su elenco (a excepción del colombiano Roberto Cano, cuya interpretación de Jano deja mucho que desear), maneja de una manera elegante unas altas dosis de humor negro y no deja de lado sus agudos comentarios sociales.
Puede que esta cinta no le haga honor a sus múltiples influencias, pero estas alcanzan a salpicarla con algo de sofisticación, gracia e inteligencia.
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