Directora: Lucrecia Martel
Daniel Giménez Cacho, Lola Dueñas, Matheus Nachtergaele
Nueve años después de su última película (La mujer rubia), la prestigiosa directora argentina Lucrecia Martel nos presenta Zama, una adaptación de la reconocida novela de Antonio Di Benedetto publicada en 1956, que cuenta sobre la vida de Don Diego De Zama, un funcionario de la corona española asignado a trabajar en el Nuevo Continente en la época de la conquista (interpretado por el actor mexicano Daniel Giménez Cacho).
Hay historias que piden a gritos una aproximación tradicional al ser adaptadas al cine y Zama es una de ellas. Al igual de Aguirre: La ira de Dios de Werner Herzog o The Lost City of Z de James Gray, la historia de este hombre que quiere volver a su tierra natal y que se encuentra prisionero del delirio y el absurdo que lo rodea es más que apropiada para ser narrada de una forma canónica y no es apta para un juego formal lleno de elipsis indefinidas, música atemporal y momentos existencialistas a lo Pierrot Le fou de Godard.
Y eso es precisamente lo que hace Martel con la historia de Di Benedetto, convirtiéndola en un trabajo soporífero, fastidioso y exasperante (pero eso sí, muy bien fotografiado), que desvirtúa el intento de desmitificación de la conquista y del arquetipo masculino.
Son muchos los críticos que han calificado a esta cinta como «brillante» y como una «obra maestra». En realidad, Zama es la evidencia de cómo a algunos directores se les olvida la humildad y terminan creyéndose «genios», para presentarnos un trabajo pretencioso, impenetrable y frío como el hielo.