Peter Jackson nos entrega lo que debió haber sido la película Let It Be. Todo un épico y un digno testamento a la banda de rock más importante de todos los tiempos.
Director: Peter Jackson
El 4 de septiembre de 1968, el director Michael Lindsay-Hogg dirigió el vídeo promocional del sencillo Hey Jude de The Beatles en los estudios Twickenham. La dirección de arte estuvo a cargo de Paul McCartney y la filmación incluyó una presentación en vivo con público incluido. Al parecer esta experiencia, junto con la transmisión vía satélite de la agrupación tocando All You Need Is Love un año antes, inspiraron al cuarteto de Liverpool a regresar a las interpretaciones en vivo, las cuales se habían interrumpido de forma oficial con un último concierto realizado en San Francisco el 29 de agosto de 1966.
El plan era el siguiente: The Beatles grabaría un álbum en vivo con canciones nuevas, sin ninguno de los complejos recursos que hicieron parte de sus álbumes anteriores (Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, Magical Mystery Tour, The White Album, Abbey Road), y la presentación haría parte de un especial para la televisión, el cual sería dirigido por Michael Lindsay-Hogg (quien también había sido el encargado de los vídeos promocionales de Paperback Writer y Revolution).
Se decidió utilizar de nuevo a Twickenham para los ensayos, pero el tiempo apremiaba, ya que Ringo Starr tenía un compromiso previo para filmar la película The Magic Christian junto a Peter Sellers. El cuarteto estuvo ensayando y componiendo en los estudios por veintiún días, mientras se pensaban en nuevos escenarios para el especial como un anfiteatro romano en el norte de África, un trasatlántico o una granja.
Denis O’Deil, el director de la división fílmica de Apple (la compañía fundada por The Beatles luego de la muerte de su mánager Brian Epstein), decidió filmar los ensayos para un documental llamado The Beatles At Work que iba a servir de complemento para el especial televisivo. De allí resultaron más de 56 horas de material en vídeo y más de 150 horas de material de audio.
Los fanáticos de John, Paul, George y Ringo sabemos que los ensayos culminaron con un concierto improvisado realizado en la azotea del edificio de Apple, en donde The Beatles interpretaron los temas Get Back, Don’t Let Me Down, I’ve Got a Feeling, One After 909 y Dig a Pony junto con el fallecido teclista Billy Preston. También sabemos que de los ensayos surgió Let It Be, el último álbum de la banda, que estuvo acompañado de una película dirigida por Lindsey-Hogg, la cual se estrenaría en cines en 1970. Let It Be, la película, se publicaría en Betamax, VHS y Laserdisc en 1982, pero gradualmente fue desapareciendo del mercado (nunca sería editada en DVD y Blu-Ray y, la verdad, es que es una película amarga y controversial, que fue muy poco apreciada por la agrupación).
Con motivo del cumpleaños número cincuenta del álbum Let It Be, el director Peter Jackson tuvo acceso al material fílmico y sonoro de las legendarias sesiones y duró más de cuatro años recopilando el material para convertirlo en un nuevo documental de dos horas. La pandemia causada por el COVID-19 retrasó el proyecto y llevó a los estudios Disney a pensar en una nueva estrategia: convertir la cinta en una miniserie dividida en tres partes y de casi ocho horas de duración para ser transmitida en su plataforma de streaming (Jackson ya está hablando de una “versión extendida” de dieciocho horas).
El épico ya está a disposición de los suscriptores y el resultado es magistral. The Beatles: Get Back es lo que Let It Be debió haber sido, pero que nunca fue. Una vibrante e hipnótica experiencia inmersiva, que nos permite ser testigos del proceso creativo de una banda que estaba llegando al final de sus días.
Jackson se limita a mostrarnos el material de la mejor manera posible (la restauración digital es impresionante) y a ofrecernos información clave sobre algunos eventos, momentos y temas musicales ejecutados. Es así que su documental recopilatorio refleja lo que en realidad sucedió en estos últimos ensayos, derrumbando muchos mitos sobre el final de The Beatles.
Desde la separación del cuarteto, a Yoko Ono se le ha acusado de ser una entrometida y la causante del final de la agrupación. Aquí, vemos a la esposa de Lennon acompañando a su pareja sin hacer ningún tipo de interferencia. Desde una perspectiva psicoanalítica se intuye algún tipo de proyección homoerótica inmadura por parte de los fanáticos (“ahí llegan las niñas a estropear la diversión de los niños”), pero lo cierto es que Yoko Ono, como tampoco Linda Eastman (la fallecida esposa de McCartney), en ningún momento interrumpen a The Beatles en su proceso creativo. Quien sí lo hace y de una marea molesta, es Linday-Hogg, insistiéndoles una y otra vez en el anfiteatro para su presentación («¡Nosotros somos la banda!» le dice en algún momento un exasperado Lennon).
Por otra parte, a John Lennon también se le ha acusado de instigar la separación de la banda (la magnífica entrevista que ofreció para la revista Rolling Stone luego de la separación de The Beatles, está llena de bilis y hostilidad hacia Paul). Pero lo cierto es que aquí vemos a un John Lennon jovial, socarrón, que no se toma las cosas tan en serio y que busca divertirse con la música. A quienes sí vemos amargos y conflictivos, son a McCartney y a Harrison.
McCartney no deja de presionar a sus colegas para que sean disciplinados y eficientes. Y es especialmente duro con George. Tanto en la película Let It Be como en el documental de Jackson, vemos el infame momento en el que McCartney le dice a Harrison que la pieza Two of Us puede sonar mejor sin su guitarra, ante lo cual respondió: «voy a tocar lo que tú quieras que toque, o no voy a tocar si no quieres. Sea lo que sea lo haré». Sin embargo, la percepción de esta situación incómoda cambia, gracias al contexto proporcionado por Jackson. En Get Back vemos a Paul y John armonizando y mirándose con cariño y alegría, mientras que Harrison los observa con un rostro que refleja rabia y envidia. Lindsay-Hogg omitió en su Let It Be este momento, así como la decisión intempestiva de Harrison de abandonar a la banda.
Es todo un descubrimiento ver cómo el miembro espiritual y pacífico de The Beatles ardía en resentimiento, el cual se justifica con las reacciones de burla e indiferencia de Paul y John ante las composiciones de este gran músico, que para sus compañeros era percibido como un talento inferior (el vals burlón de Lennon ante la canción I Me Mine y los comentarios con ínfulas de superioridad de McCartney, dan cuenta de ello).
Y Ringo, quien siempre ha sido descrito como el miembro de The Beatles con una paciencia infinita, aquí se ve estresado, caprichoso y cansado. Cuando Lindsey-Hogg le dice que ve llegar el final de The Beatles, él reacciona de una manera defensiva diciendo: “¡Eso no lo puedes concluir solo porque estamos gruñones!”.
Otra de las muchas sorpresas del documental consiste en ser testigos del enorme talento de Billy Preston. El teclista aparece callado y jovial en el estudio y, en pocos minutos, ya le está imprimiendo alma a las canciones de The Beatles («es difícil para un joven blanco proveniente de Inglaterra entender eso del alma», dice Lennon).
Get Back es el retrato de cuatro amigos sumamente talentosos que hacen un último intento para continuar con su música y para cerrar una etapa de sus vidas con un broche de oro. ¡Dios mío, si lo logran!
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