La precuela de Depredador se acerca mucho a la cinta original y nos hace olvidar esos desastrosos intentos de actualización.
Director: Dan Trachtenberg
Amber Midthunder, Dakota Beavers, Dane DiLiegro
Era el año 1987 y los espectadores quedamos sorprendidos con una de las mejores películas de acción de todos los tiempos. Depredador de John McTiernan (Duro de matar) y protagonizada por Arnold Schwarzenegger, fue una cinta brutal con elementos de ciencia ficción y una premisa simple pero efectiva. Un cazador alienígena llega de safari a la Tierra y se enfrenta a un grupo de soldados quienes al principio lo confunden con un guerrillero centroamericano.
El tremendo éxito de la cinta llevó a una secuela dirigida por Stephen Hopkins y protagonizada por Danny Glover, que no fue tan popular como su predecesora, pero que se arriesgó a plantear algo diferente, al sacar al cazador de la selva para ubicarlo en un contexto urbano.
A finales del siglo XX, la industria del mercadeo nos inundó con muñecos, videojuegos y cómics del Depredador (algunos de ellos cruzándolo con otro peligroso extraterrestre, conocido simplemente como Alien). Y en el siglo XXI, se intentó recuperar la franquicia fílmica con varias películas. Alien Vs. Depredador (2004), AVP: Réquiem (2007), Depredadores (2010) y El Depredador (2018) fueron todas decepcionantes y desastrosas.
Pero gracias a Dan Trachtenberg, el salvador de franquicias, Depredador ha vuelto al ruedo. Este director fue el responsable de convertir a 10 Cloverfield Lane, la secuela de Cloverfield (un popular pero mediocre híbrido entre terror, ciencia ficción, Kaiju y Found footage), en todo un clásico de la ciencia ficción distópica y el terror minimalista, proponiendo una aproximación diferente y efectiva.
Depredador: La presa viene a ser una digna precuela de la cinta de 1987 y nos hace olvidar de todos esos horribles intentos millennial por resucitar la franquicia, los cuales deberían sepultarse en una fosa común junto con Terminator: Destino oculto, Alien: Covenant y Matrix: Resurrecciones (aunque La presa guarda algunas conexiones con la película del 2010, que es la menos mala del infame grupo).
La película dirigida y escrita por Trachtenberg junto con Patrick Aison (guionista procedente de la televisión, quien ha trabajado en Treadstone, Jack Ryan, Wayward Pines y Kingdom), se desarrolla en las planicies de Norteamérica en el año 1719 y es, desde Smoke Signals de 1998, una de las mejores películas protagonizadas por nativos americanos.
La zona a la que llega nuestro salvaje alienígena hace parte de la nación Comanche en donde vive Naru (Amber Midthunder actriz de ascendencia Sioux que hizo parte de la magnífica serie Legion y de las películas Sin nada que perder y Riesgo bajo cero). Ella representa a David en esta versión libre del pasaje bíblico sobre David y Goliath. Pese a que posee un gran talento como curandera, Naru quiere ser cazadora como su hermano Taabe (Dakota Beavers).
Ella es la primera en darse cuenta de que hay un ser extraño acechando en el bosque y no es un puma, un oso o un trampero francés. Es así que la joven sale con su hermano y un grupo de jóvenes cazadores no muy convencidos de que una mujer deba dedicarse a la cacería, para encontrar esa misteriosa presa. Pero ya sabemos que los cazadores van a convertirse en los cazados cuando se trata de Depredador.
Trachtenberg recupera la esencia de la cinta original y reemplaza al testosterónico Dutch encarnado por Schwarzenegger, por el equivalente de Ripley en Alien y Sarah Connor en Terminator, con un toque de Pocahontas. El resultado es un trabajo minimalista pero rico en adrenalina que, aunque no llega a superar o equiparar a la cinta de McTiernan, sí llega a ser un espectáculo digno de uno de los personajes más recordados del cine de los años ochenta.
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