Haley Elizabeth Anderson debuta con una obra íntima, sensorial y profundamente existencialista que inscribe su nombre junto a los de Wong Kar Wai, Terrence Malick y Andrea Arnold, al convertir la experiencia del cine en un archivo emocional del presente.
Si Hitchcock hubiera conocido a TikTok, probablemente habría filmado algo parecido a Otro pequeño favor, una comedia de crimen con alma de thriller, corazón negro y la elegancia venenosa de Blake Lively.
A pesar de un cierre menos logrado, la serie se impone como un gesto de memoria, resistencia y narrativa colectiva.
Manes regresa con una tercera temporada que equilibra humor, drama y que continúa insistiendo en la evolución de personajes.
Medusa falla en su intento de ser la versión costeña de Succession, resultando en una producción llena de estereotipos, sexo innecesario y una trama absurda y predecible que recuerda a las peores telenovelas del siglo pasado.
La otra boda nos ofrece risas genuinas y varios momentos políticamente incorrectos, convirtiéndose en una buena opción para desconectarse de la rutina.
Una experiencia única que oscila entre el absurdo hilarante y la conmoción existencial, ideal para gamers amantes de Shakespeare.
Sin riesgos ni visceralidad, la serie basada en Cien años de soledad diluye la esencia de Macondo, destacando más como un recordatorio para volver al libro original.
Ni los personajes estereotipados ni el exceso de lugares comunes le hacen justicia al legado de Ayrton Senna.
Con giros predecibles y escenas de sexo, droga y fiestas de música electrónica innecesarias, esta serie sacrifica el impacto visual, la inteligencia y la elegancia de Villenueve, por lo menos en sus dos primeros capítulos.
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