Director : G.W. Pabst
Louise Brooks, Fritz Kortner, Francis Lederer
La caja de Pandora es toda una obra maestra del cine silente, basada en la novela homónima de Frank Wedekind (previamente se había realizado otra versión protagonizada por la actriz Asta Nielsen).
La protagonista de esta historia es Lulú (interpretada por Louise Brooks, en el papel que la convertiría en una leyenda del cine), una mujer cuya búsqueda de afecto a partir de su desbordante sexualidad termina llevando a la perdición a las personas que la rodean, tanto hombres como mujeres.
El director alemán G.W. Pabst, criticado en su época por elegir a una norteamericana para el papel protagónico, sabía lo que hacía, ya que el corazón y alma de esta cinta es Louise Brooks, quien con una presencia andrógina, poderosa y muy erótica, sirvió de influencia para el personaje de Nana (Anna Karina) en la cinta de Jean-Luc Godard Vivre Sa Vie y para el personaje de Mia (Uma Thurman) en Pulp Fiction de Quentin Tarantino.
Estructurada en «actos», La caja de Pandora nos muestra a Lulú sirviendo de amante del Doctor Peter Schön (Fritz Kortner), un hombre viudo director de un periódico que quiere casarse y al mismo tiempo dejar de verse con su amante. Los otros hombres en la vida de Lulú son Alwa Schön, el hijo de Peter (Franz Lederer) quien está enamorado de la amante de su padre y Schigolch (Carl Goetz), un proxeneta alcohólico que busca provecho económico de su protegida.
La compleja trama es tratada de una manera experta por Pabst, apoyado en una hermosa fotografía expresionista de Günther Krampf y en unos secundarios maravillosos que incluyen a un fortachón empresario teatral, a una amiga lesbiana de Alwa (quien también está perdidamente enamorada de Lulú), e inclusive al mismísimo Jack el Destripador.
Pero es la poderosa actuación de Brooks, desprovista de ese amaneramiento y sobreactuación típica del cine mudo, que nos muestra a una Lulú siempre optimista, dispuesta a todo para seguir con su vida y, al mismo tiempo, como una mujer tóxica que no sabe cómo vivir su vida.
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