Director: Nicolas Roeg
Jenny Agutter, Luc Roeg, David Gulpilil, John Meillon
Cuando Nicolas Roeg co-dirigió su primera película en 1970 (la extraña y aterradora Performance, junto a Donald Cammell), este ya llevaba más de veinte años trabajando en la industria como editor y fotógrafo. Tal vez es por eso que Walkabout, su debut como director en solitario, luce como el trabajo de un autor experimentado y con un total dominio de la imagen.
Basada libremente en la novela homónima de James Vance Marshall publicada en 1959, su nombre tiene que ver con un ritual indígena australiano, en el cual el joven se separa de los suyos por un período de seis meses, para embarcarse en un viaje en el que dependerá de sus habilidades para cazar y encontrar agua, ya sí sobrevivir y convertirse en adulto.
Al comienzo de la cinta de Roeg, vemos a una familia de clase media alta que vive en un edificio en la ciudad de Sidney. La madre cocina mientras escucha un programa radial sobre la preparación de un plato exótico (su ingrediente principal es el escribano hortelano, un ave canora considerada como toda un manjar). El padre (John Meillon), observa a sus hijos nadar en la piscina mientras bebe un trago.
El padre lleva a su hija de catorce años (Jenny Agutter) y a su hijo de seis (Luc Roeg, hijo del director), a un picnic lejos de la ciudad, a bordo de su Volkswagen escarabajo. Roeg intercala las escenas con imágenes de insectos y reptiles que se devoran unos a otros. También vemos una secuencia altamente perturbadora en la que el padre mira el cuerpo de su hija, mientras prepara el picnic. De una manera intempestiva, el padre sale del auto, saca un revólver e intenta matar a sus hijos.
La hija corre a proteger a su hermano y se oculta con él. Al no poder eliminarlos, el padre saca un recipiente con gasolina, incendia el auto y se dispara un tiro en la sien. Es así que los hermanos quedan abandonados en las tierras hueras del centro de Australia, alejados de la civilización. tan solo tienen la ropa que llevan puesta (uniformes de colegio), un radio de pilas, y algunas provisiones de lo que quedó del desastroso picnic.
Vencidos por el cansancio, el calor, el hambre y la sed, los hermanos tienen la fortuna de encontrar un oasis. Allí encuentran agua y algo de comer, hasta que los pájaros acaban con las frutas y el pozo se seca. Sin embargo, alcanzan a divisar a un joven aborigen (David Gulpilil), quien llega al oasis y se encuentra con los dos. El joven se encuentra llevando a cabo su rito de pasaje, e invita a los chicos a ser partícipes de este.
La cinta dirigida y fotografiada por Roeg es enigmática, cruel, elíptica (la percepción del tiempo es ambigua), y con una fuerte carga sexual, la cual nunca llega a ser explícita. En un momento somos testigos de cómo el aborigen caza a un canguro sin piedad, mientras que Roeg intercala la escena con imágenes de un carnicero de la ciudad cortando la carne. El «comportamiento salvaje» y la «civilización» se basan en las mismas necesidades básicas.
La película en su época fue alabada por la crítica y considerada como toda una obra maestra, pero terminó siendo un fracaso de taquilla y se convirtió en material de leyenda entre el público masculino por las escenas de desnudo frontal llevadas a cabo por Agutter (quien tenía dieciséis años en ese entonces). La cinta prácticamente desapareció en años posteriores (supuestos problemas con los derechos de exhibición llevaron a que no fuera reestrenada, presentada en televisión o distribuía en el mercado del vídeo por varios años). En 1996 volvió a ver la luz con una versión que incluía cinco minutos de escenas de desnudos que fueron editadas en su presentación original (Esta versión es la que publicó el prestigioso sello Criterion).
Walkabout no es la historia de una joven reprimida que despierta sexualmente gracias a una contraparte masculina de origen salvaje. Tampoco es una historia de aventuras en la que dos niños inexpertos luchan por sobrevivir en la inclemencia y crueldad del territorio australiano. Esta es una cinta que busca que el espectador encuentre por sí mismo su significado.
Roeg habló sobre su obra y la define como «una historia sencilla acerca de la vida y la supervivencia. Un relato sin sofisticaciones que se enfoca en los temas más humanos: el nacimiento, la muerte y el cambio». El público acostumbrado a leer entre líneas, podrá encontrar un interesante subtexto sobre los inevitables problemas de comunicación entre las personas que llevan a la frustración, la desilusión e inclusive la muerte. Otros descubrirán que, aunque la vida «civilizada» es vacía y estéril, la vida «salvaje» tampoco es que tenga mucho sentido.
Lo cierto es que Walkabout es una cinta cautivante, alucinante e hipnótica, cuyas imágenes quedarán enclavadas en las partes más profundas de la psique del espectador, como solo las más grandes obras cinematográficas logran hacerlo.
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