Director: Kathryn Bigelow
Algee Smith, Will Poulter, Anthony Mackie, John Boyega
Kathryn Bigelow, la pintora, directora y ex-esposa de James Cameron, pasó de ser una mujer valiente y arriesgada, que se atrevió a trabajar en un género cinematográfico eminentemente masculino como lo es la acción (Blue Steel, Near Dark, Point Break), para convertirse (junto con Sofia Coppola), en la directora más importante, relevante e interesante del cine norteamericano actual, tal y como lo evidencian sus obras maestras del cine bélico The Hurt Locker y Zero Dark Thirty.
Bigelow regresa a la reconstrucción de hechos reales (sus dos anteriores cintas están basadas en sucesos históricos recientes), para confeccionar su película más ambiciosa y compleja hasta la fecha. Detroit es una cinta que se inspira en el estilo del Cinema Verité, para contarnos los hechos ocurridos en la ciudad de Detroit en el verano de 1967, cuando la tensión racial desencadenó una serie de disturbios con unas consecuencias trágicas y funestas.
El trabajo de Bigelow se centra en la historia de Larry Reed (un excelente Algee Smith), quien fuera el cantante líder de la agrupación de R&B The Dramatics (famosa por el éxito Whatcha See is Whatcha Get), quien buscando refugio con su amigo Fred en el hotel Algiers, se encuentra con un todo un infierno orquestado por el policía racista Krauss (interpretado magistralmente por Will Poulter), quien no puede admitir que un grupo de jóvenes negros se subleven, y mucho menos, que tengan de amigas a dos chicas blancas.
Detroit, además de ser una cinta que denuncia el racismo inherente a Norteamérica (algo que sigue latente en nuestros días), es una nueva obra maestra para Bigelow, de una gran fuerza visceral y que deja al espectador, frustrado, incómodo y lleno de rabia. Películas de este tipo deben hacerse para evitar que la historia se repita. Amén.
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