El tortuoso proceso que vivió el director de Lawrence de Arabia por llevar la prestigiosa novela de Joseph Conrad a la gran pantalla, es contado por el director español Pedro González Bermúdez, en un sentido homenaje al cine que ya no existe.
Director: Pedro González Bermúdez
Stanley Kubrick tuvo a Napoleón, Alejandro Jodorowsky a Duna y David Lynch a Ronnie Rocket. Proyectos a los cuales sus respectivos directores le invirtieron un enorme esfuerzo y dedicación, pero que al final nunca salieron (o saldrán) a la luz.
El director español Pedro González Bermúdez, especializado en la historia del cine y quien nos ofreció una estupenda serie llamada Los 10 magníficos, sobre diez grandes realizadores del cine contemporáneo, nos cuenta la historia de Nostromo, el proyecto frustrado del más grande director británico de todos los tiempos: David Lean.
La adaptación de la novela de Joseph Conrad, ambientada en un país latinoamericano ficticio, iba a ser la última película del autor de Breve encuentro, Doctor Zhivago y El puente sobre el río Kwai. Su guionista iba a ser Christopher Hampton (Relaciones peligrosas) y su protagonista inicialmente iba a ser Marlon Brando, pero la enfermedad de este, llevó a que Lean (quien en ese entonces contaba con 80 años de edad), se decidiera por un actor francés en ese entonces desconocido, Georges Corraface (Un toque de canela), quien provenía de la prestigiosa compañía teatral de Peter Brook.
Sandra Lean, la sexta y última esposa del director, así como Hampton, Corraface, Hugh Hudson (amigo de Lean y director contratado como sustituto obligado por la compañía de seguros) y el director de arte Benjamín Fernández, nos cuentan todo el tortuoso y complicado proceso de preproducción de este ambicioso proyecto, el cual su director creía que podía ser más grande que su obra maestra Lawrence de Arabia.
González Bermúdez no teme en mostrar los aspectos oscuros de Lean: su fuerte temperamento, su actitud asocial y su obsesión por la perfección. Asimismo, el documental nos muestra como Steven Spielberg, ferviente admirador del director y productor de Nostromo, fue quien lastimó de forma irremediable el proyecto, excediéndose en recomendaciones hacia su mentor y quien finalmente terminó dedicándose a El imperio del sol, un proyecto desechado por el mismo Lean, lo que llevó a que los estudios Warner retiraran el presupuesto destinado a Nostromo.
De acuerdo con el documental, eso llevó a que su amistad se deteriorara y que ambos se distanciaran. El legendario productor Serge Silberman terminaría asumiendo el proyecto de Lean, pero la falta de dinero y las exigencias de los estudios TriStar, quienes habían entrado a coproducir, dilataron la filmación de Nostromo, hasta que la muerte de Lean en 1991, detuvo el proyecto de manera definitiva.
Curiosamente, el documental omite la realización de Un pasaje a la India, que sería la última película estrenada de Lean y su regreso al cine luego de 12 años de retiro. También evita mencionar la previa adaptación para la televisión, protagonizada por Claudio Amendola, Brian Dennehy y Albert Finney. Pero, de todas maneras, la cinta de González Bermúdez es todo un manjar para los cinéfilos y un sentido homenaje a ese cine del pasado caracterizado por su inteligencia, su majestuosidad, su elocuencia y su meticuloso trabajo artesanal. Puede que Nostromo sea una de las mejores películas jamás realizadas, pero este documental invita a revisar el trabajo de todo un maestro del séptimo arte.
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