El director de Lion nos ofrece una hermosa y solemne visión de los últimos días de Jesús, a través de la perspectiva de María Magdalena, la apóstol No. 13.
Dirección: Garth Davis
Rooney Mara, Joaquin Phoenix, Chiwetel Ejiofor, Tahar Rahim
El australiano Garth Davis, autor de la conmovedora película Lion y director de varios episodios de la estupenda serie Top of The Lake, nos presenta su segunda cinta, la cual se enfoca en los últimos días de la vida de Jesús desde la perspectiva de María Magdalena.
Esta mujer, cuyo nombre hace referencia a Magdala, su lugar de origen, es mencionada en el Nuevo Testamento y en los evangelios apócrifos, como una fiel discípula de Jesús de Nazaret y como la primera testigo de la resurrección de Nuestro Señor. Desde los tiempos del Papa Gregorio Magno (aproximadamente entre los años 590-604), a María Magdalena se le ha identificado de manera equívoca como una prostituta. La película de Davis nos muestra a esta mujer como una persona que se resiste a casarse, causando resentimiento al interior de su familia y como alguien que siente una gran admiración por las ideas que predica Jesús, convirtiéndose así en la única apóstol mujer, algo que causa resentimiento en Pedro, el líder de los seguidores del Hijo de Dios.
Y es el profundo machismo al interior de la cultura hebrea, que a la vez hace parte de los cimientos de la Iglesia Católica, la temática central (y la más interesante) de la cinta de Davis. El 10 de junio de 2016, el Papa Francisco expresó su deseo de resaltar a la persona de María Magdalena, mostrándola como ejemplo y modelo para toda mujer seguidora de la Iglesia Católica.
Curiosamente, la reivindicación de María Magdalena todavía no ha penetrado en la consciencia de los feligreses, quienes todavía la asocian con el pecado o como una mujer enamorada de la persona equivocada. Aquí se nos muestra en un tono solemne (tal vez demasiado), como María es quizás el único apóstol que comprende de verdad la filosofía del amor y del perdón proclamada por Jesús y quien le muestra al Hijo de Dios la importancia de liberar a las mujeres del yugo impuesto en ellas por el hombre.
Rooney Mara encarna a María Magdalena recurriendo a la mirada y a los silencios sin ningún tipo de artificios. Joaquin Phoenix retrata a Jesús como un hombre lleno de miedos y dudas, pero al mismo tiempo, con la dignidad característica del verdadero Hijo de Dios. Tahar Rahim (el protagonista de ese clásico del cine francés llamado A Prophet) encarna a un Judas ingenuo y que no ve a su maestro (aquí llamado Rabi), más allá del hacedor de milagros. Chiwetel Ejiofor es un Pedro que ve a María Magdalena como una intrusa que no pertenece al mundo de los hombres seguidores de Jesús y que confunde al filósofo del amor con un líder revolucionario. Las actuaciones de este elenco de lujo, le dan a Mary Magdalene una trascendencia mística, que junto con la fotografía evocadora de Greig Fraser y la música sublime de Jóhann Jóhannsson (su última banda sonora antes de su fallecimiento), ayudan a poner a esta cinta en el pedestal que comparte con esas hermosas películas sobre Jesús como lo son King of Kings de Nicholas Ray, The Greatest Story Ever Told de George Stevens, Il Vangelo Secondo Matteo de Pier Paolo Pasolini y Last Days in the Desert de Rodrigo García.
Mary Magdalene es una cinta que se aleja de la controversia que puede surgir al indagar sobre las debilidades inherentes a la humanidad de Jesús y sobre su relación con María Magdalena (como sí lo hizo la película de Scorsese The Last Temptation of Christ). Pero llega a ser una cinta inteligente que no debe asociarse a esas «películas de fe» de corte ligero y cursi, que pretenden evangelizar a la fuerza a su público (algo que la acerca Silence, la otra solemne obra sobre la religión de Scorsese). Este es un trabajo bellísimo, que tanto las personas religiosas como las no religiosas sabrán apreciar, siempre y cuando tengan una mente y un corazón abiertos.