BlacKkKlansman (Infiltrado del KKKlan) (2018)

El director de Haz lo correcto y Malcolm X recupera su fuerza y talento, con el poderoso recuento de un caso de infiltración policíaca ocurrida en los años 70.

Dirección: Spike Lee
John David Washington, Laura Harrier, Adam Driver, Topher Grace

Luego de permanecer en el limbo por años (Ella me odia, Plan oculto, Passing Strange, Red Hook Summer, Oldboy, Da Sweet Blood of Jesus, Chi-Raq y Pass Over son películas que no alcanzan a evidenciar el inmenso talento de su director), Spike Lee vuelve a ubicarse en el podio de los grandes (Haz lo correcto, Mo’ Better Blues, Jungle Fever, Malcolm X, Crooklyn, Clockers, Summer of Sam y La última noche son pruebas de la importancia e influencia del director para el cine contemporáneo norteamericano).

Su último trabajo (y uno de los mejores de su carrera), es Infiltrado del KKKlan, una película basada en la vida de Ron Stallworth, el primer policía afroamericano de Colorado Spring, quien logró la increíble hazaña de infiltrarse al Ku Klux Klan en los años setenta.

La cinta comienza con el famoso plano secuencia de Lo que el viento se llevó, en la que el personaje de Scarlett O’Hara (Vivien Leigh) se ve rodeada de víctimas de la guerra mientras que la cámara enfoca la bandera confederada de los Estados Unidos. Luego vemos a Alec Baldwin interpretando a Kennebrew Beauregard, un supuesto “doctor” adalid de la ultraderecha racista y xenófoba, que nos habla de los “problemas del mestizaje” y de la “conspiración judía”. Desde aquí el espectador sentirá la propuesta inmediatista de la cinta de Lee: han pasado más de cuarenta años y todavía no se ha avanzado mucho en materia de derechos civiles.

Después de ese poderoso prólogo, conoceremos al joven Stallworth (interpretado por el talentoso John David Washington, el hijo de Denzel, frecuente colaborador de Lee). A la manera de las series de televisión y las cintas policíacas de los años 70, el jefe de las fuerzas policíacas de Colorado Springs (Robert John Burke), saca a este joven del limbo y le encomienda la misión de infiltrarse en un evento estudiantil liderado por Stokely Carlmichael, un antiguo líder de las Panteras Negras, rebautizado como Kwame Ture. Allí, Stallworth no encuentra ningún crimen, pero sí queda conmovido por el discurso de Ture y atraído por Patrice (Laura Harrier), una joven activista y asistente del conferencista. En un maravilloso encuentro que evoca a Tarantino (o la influencia de Lee en Tarantino), Stallworth y Patrice discuten sobre las cintas de Blaxploitation como Shaft, Superfly y Cleopatra Jones, las cuales Patrice ve como un mal ejemplo para cultura afro.

Al ser asignado a la división de inteligencia, Stallworth, al ver que no hay mucho trabajo que llevar a cabo, llama a un número telefónico impreso en un aviso clasificado de prensa, que busca nuevos reclutas para el Ku Klux Klan, la organización fundada en el siglo XIX después de la guerra de secesión y que promueve la supremacía de la raza blanca, el racismo, la xenofobia, el antisemitismo, la homofobia, el anticatolicismo y el anticomunismo. Stallworth logra convencer a un miembro del KKK de su valor como miembro, pero el problema está en su color de piel, el cual es el principal obstáculo para su misión de infiltración. Es así que recurre al policía de origen judío Flip Zimmerman (Adam Driver, como siempre excelente), para que sirva como la imagen del nuevo recluta, mientras que Stallworth los convencerá con su voz vía telefónica. El absurdo plan llega a funcionar y Zimmerman y Stallworth son admitidos al grupo de ultraderecha, llegando inclusive a establecer contacto con David Duke, el “gran mago” de la organización (encarnado de manera estupenda por Topher Grace).

La atención al detalle de la dirección de arte a cargo de Marci Mudd, la hermosa fotografía de Chayse Irwin (Hannah), la música excesiva de Terence Blanchard (que nos retrotrae a las películas de lso años 70), y el maravilloso trabajo de los actores secundarios como Michael Buscemi (hermano menor de Steve), Jasper Pääkkönen (de la serie Vikingos), y Brian Tarantina, entre otros, le dan a Infiltrado del KKKlan un aire de clásico instantáneo.

Pero el poder de la cinta de Lee está en hacer ver al espectador cómo “clásicos” del cine como El nacimiento de una nación de D.W. Griffith, pese a su importancia formal, es en realidad un horrible panfleto racista, el cual todavía no ha sido superado del todo por Hollywood; así como conectar las “políticas” de David Duke, con el plan de gobierno de Donald Trump.

El epílogo incendiario, el cual nos muestra imágenes reales y actuales del violento surgimiento de la ultraderecha en los Estados Unidos, deja prácticamente a la audiencia sin aire y con rabia, desilusión y pesimismo, pese al gran sentido del humor de la cinta. Spike Lee resalta con fuego el notorio y, al mismo tiempo, peligroso retroceso de la sociedad actual.

Sobre André Didyme-Dôme 1633 artículos
André Didyme-Dome es psicólogo y magíster en Comunicación. Se desempeña como crítico de cine para la revista Rolling Stone en español y es docente en la Escuela Nacional de Cine; además, es director del cineclub de la librería Casa Tomada y conferencista en Ilustre. Su amor por el cine, la música pop y rock, la televisión y los cómics raya en la locura.

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