El complejo de Edipo adquiere nuevos matices, en la segunda adaptación cinematográfica de las memorias de Romain Gary.
Director: Eric Barbier
Charlotte Gainsbourgh, Pierre Niney, Didier Bourdon
En 1971, el director Jules Dassin (Rififi), adaptó un segmento de las memorias de Romain Gary y puso a su esposa Melina Mercouri, en el papel de la madre del escritor, lo que dio como resultado una de las mejores interpretaciones en la carrera de la actriz.
Ahora, más de cuarenta años después, el director Eric Barbier (Historias humanas), retoma la maravillosa obra autobiográfica para una segunda adaptación, la cual incluye una de las mejores actuaciones en la carrera de Charlotte Gainsbourgh, la hija del cantante Serge Gainsbourgh (ambos interpretaron la polémica canción Lemon incest en 1984).
Barbier también decide seleccionar tan solo una parte de la extensa biografía, pese a que su película termina siendo de una larga duración (más de dos horas). Por fuera queda el último período de la vida de Gary, que incluye su amistad con los escritores Albert Camus y André Malraux, la utilización de un seudónimo (Émile Ajar) para obtener por segunda vez el Premio Goncourt, su matrimonio con la actriz francesa Jean Seberg, la protagonista del clásico Sin aliento, que Romain dirigió en dos películas (Las aves van a morir al Perú y Matar), antes de que ella evidenciara sus profundos trastornos psicológicos que detonaron con la muerte de su hija Nana y que la llevaron al suicidio y luego, al suicidio de su esposo, dieciséis meses después.
Promesa al amanecer cubre los primeros veinte años de la vida de Gary, que incluyen su infancia en Polonia junto a su peculiar madre Nina, de origen judío, y quien luchó con todas sus fuerzas para salir de la pobreza y ofrecerle un futuro promisorio a su amado hijo; la migración a Francia de los dos; sus primeros enamoramientos y encuentros sexuales; y su papel como soldado y aviador en la Segunda Guerra Mundial.
Aunque el actor Pierre Niney (Frantz) algunas veces se sobreactúa como Gary, Gainsbourgh se luce en el papel de Nina, redefiniendo lo que Freud denominaba como “Complejo de Edipo”. La actriz logra aquí construir a una madre memorable: sobreprotectora, apasionada, sacrificada y empecinada en convertir a su hijo en una persona exitosa (un célebre escritor y diplomático) o en un héroe (en algún momento ella lo obliga a asumir la misión de asesinar a Hitler). Aunque Gary no logra matar al Führer, su madre Nina logra convertirlo en un afamado escritor, un importante diplomático y un héroe de guerra, demostrando que el amor maternal, así sea excesivo, puede llevar a unos hijos resilientes (pese a los traumas y complejos inherentes a una relación de este tipo).
La película da comienzo en Ciudad de México, donde Gary se encuentra enfermo en un hotel, lo que lleva a su primera esposa, la escritora Lesley Blanch (Catherine McCormack) a llevarlo a un hospital. En el camino, ella revisa el borrador de las memorias de Gary, lo que nos lleva a conocer sobre su infancia (asumida por Pawel Puchalski), adolescencia (encarnada por Nemo Schiffman) y adultez (Niney), por medio de flashbacks.
La esplendorosa fotografía de Glynn Speeckaert (Marguerite) y las impresionantes secuencias de acción aérea, ayudan a contar la historia de Gary y de su madre de una forma elegante y poética, aunque asumida de una forma tradicional para este tipo de películas que abordan la vida de un gran personaje.
Promesa al amanecer es un biopic grande en todo sentido (su presupuesto fue muy alto para los estándares del cine francés), con una impresionante dirección de arte y detallado diseño de vestuario, con una historia compleja e intimista y con una actriz que se luce en su papel de madre. Que no se aborden algunos momentos interesantes de la vida de Gary, o los aspectos oscuros de su personalidad, es algo que se perdona.