La nueva película del director de Moonlight, es toda una lección magistral sobre cómo llevar al cine una obra literaria.
Director: Barry Jenkins
KiKi Layne, Stephan James, Regina King, Teyonah Parris, Brian Tyree Henry
La trágica historia de amor escrita en 1974 por James Baldwin (el centro del estupendo documental I Am Not Your Negro), es adaptada con maestría por Barry Jenkins (el director de Moonlight, la película ganadora del Óscar).
If Beale Street Could Talk cuenta la historia de Tish Rivers (KiKi Layne) y Alonzo Hunt (Stephan James), dos jóvenes que se conocen desde pequeños y que se encuentran perdidamente enamorados en la Nueva York de los años setenta. La búsqueda de la felicidad para esta pareja, se ve interrumpida por una injusticia: Alonzo (un cocinero y escultor conocido por todos como Fonny), es acusado por un policía racista (Ed Skrein) de violar a una mujer puertorriqueña y es llevado a prisión.
Al enterarse de que Tish está embarazada, su familia no hace otra cosa más que apoyarla y estar ahí para ella. Los Rivers están conformados por Sharon (Regina King), la madre; Joseph (Colman Domingo), el padre; y Ernestine (Teyonah Parris), la hermana menor. No sucede lo mismo con la familia de Fonny, ya que su madre (Aunjanue Ellis) culpa a Tish de la mala suerte de su hijo, y sus dos hermanas apoyan a la madre en su odio y recriminación disfrazados de discursos religiosos. Sin embargo Frank, el padre de Fonny (Michael Beach), quiere sacar a su hijo de la cárcel y apoyar a la madre de su futuro nieto. Es así que la imposible tarea de exonerar a un hombre inocente, contrasta con el inmenso amor de la pareja y de la familia de la chica.
Aunque Jenkins (quien también escribió el guion adaptado), convierte a Fonny en un joven atractivo y a Tish en una chica elocuente, la visión del libro de Baldwin, acerca de cómo el racismo acaba con la felicidad de toda una familia, permanece intacta. La elegante fotografía de James Laxton (quien ya había trabajado con Jenkins en Moonlight), nos recuerda a esa otra trágica historia de amor llamada Los paraguas de Cherburgo, y sus imágenes cargadas de tristeza y nostalgia, nos recuerdan constantemente que «toda persona negra nacida en Estados Unidos, proviene de Beale Street», como bien lo afirma Baldwin.
La compasión y el sentido de lo humano evidenciado en la película anterior de Jenkins, aquí también es el eje central de esta triste historia. Un ejemplo claro se encuentra en el personaje de Daniel (Brian Tyree Henry), el mejor amigo de Fonny, quien también vio su vida acabarse debido a otra acusación injusta que lo llevó a prisión.
Esta película, como la vida real, no ofrece finales felices ni concesiones. Pero, paradójicamente, no es una película llena de rabia y dolor. Todo lo contrario, If Beale Street Could Talk es un trabajo que apunta al corazón y que propone al amor como la cura frente a todas las injusticias. Esta no es una propuesta ingenua para nada. Esta es, más bien, la única respuesta.
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