Herbie, el Gigante de Hierro, E.T., Johnny Five y Harry se fusionan en un contexto de película de John Hughes, para rescatar una franquicia y manipular las consciencias de quienes crecieron en los ochenta. Resistirse es inevitable.
Dirección: Travis Knight
Hailee Steinfeld, John Cena, Jorge Lendeborg Jr.
Travis Knight, el autor de la preciosísima cinta animada Kubo y la búsqueda del Samurái, ha logrado una labor que parecía imposible. Luego de cinco terribles películas de acción real dirigidas por Michael Bay, basadas en los juguetes y la serie animada de Transformers, Knight le brinda humanidad y sensibilidad a una franquicia caracterizada por todo lo contrario.
Bumblebee es una precuela y spin-off de Transformers, que funciona también como un necesario reboot de la saga y que explota a un personaje muy popular entre el público infantil femenino, un fenómeno comercial imprevisible para una franquicia multi-mediática dirigida inicialmente hacia un público masculino.
Knight y la guionista Christina Hodson ubican la historia en la década de los ochenta, período en el que los Transformers eran inmensamente populares (aunque lo continúan siendo). Puede pensarse que es una estrategia de mercadeo para apelar a la nostalgia de los padres de familia que van a llevar a sus hijas e hijos a ver esta película y de hecho es así. Pero la verdad sea dicha, no importa.
Las estructuras narrativas de E.T. El extraterrestre, Corto Circuito y Harry y los Hendersons (cintas muy populares en los ochenta) se calcan para contar la historia de Bumblebee, un robot extraterrestre miembro del grupo de los Autobots (seres capaces de adoptar la forma de vehículos), que huye de la guerra en su planeta Cybertron contra los malvados Decepticons, para refugiarse en la tierra (ecos de El gigante de hierro) y encontrar amistad y cariño por parte de Charlie, una chica adolescente rebelde que no ha podido superar la muerte de su padre. Bumblebee se puede convertir en un Volkswagen escarabajo (reminiscencias de Herbie), convirtiendo en realidad el sueño de muchas adolescentes: tener auto, mascota y confidente al mismo tiempo.
El relato de la chica con un amigo peculiar se adereza con los elementos que hicieron de las películas de adolescentes de John Hughes (Sixteen candles, The Breakfast Club, Pretty in Pink, Ferris Bueller’s Day Off) un fuerte referente para quienes crecieron en los años ochenta: primeros amores, molestos hermanos menores, angustia juvenil por el futuro, chicos populares vs. marginales y mucha, mucha, mucha música. Howard Jones, Tears for Fears, The Smiths, Rick Astley, Steve Winwood, Simple Minds, A-ha, Sammy Hagar y Rob Base se resucitan para conformar una atmósfera sonora apropiada para hacer sentir a los ochenteros en el paraíso.
Gracias al carisma de Hailee Steinfeld, la cantante y actriz de las estupendas True Grit y Edge of Seventeen, el personaje de Charlie logra entrar en nuestros corazones de una forma diametralmente opuesta al rechazo y antipatía que generó el personaje de Sam, interpretado por Shia LeBeouf y protagonista de varias entregas de Transformers. Y John Lendeborg Jr. (Yo soy Simon) encarna a Memo, el pretendiente de Charlie, como un tierno nerd que permite que los fanáticos de la franquicia se identifiquen con él.
Pero no todo es amistad, adolescencia y besitos en Bumblebee. Para no dejar de lado al público masculino, la cinta ofrece muchas escenas de acción, en las que Bumblebee y Charlie demuestran su fuerza y valentía, enfrentándose al rudo Agente Burns (encarnado más que satisfactoriamente por John Cena) y a los malvados Decepticons Shatter y Dropkick (con las voces de Angela Bassett y Justin Theroux). Y para aquellos que piensan que esta película está desconectada de la historia original, Bumblebee incluye la triunfal aparición de Optimus Prime, el líder de los Autobots (con la voz de Peter Cullen, como es habitual), por no mencionar a otros Transformers como Cliffjumper, Ratchet y Soundwave.
Bumblebee es un concienzudo trabajo de manipulación que busca rescatar a una franquicia caída en desgracia y que busca dejar contento a su público. Lo cierto es que ambos objetivos se logran con creces gracias a una cinta simpática y muy entretenida. Michael Bay y sus Transformers han muerto. Larga vida a Travis Knight y a Bumblebee.