Michael B. Jordan y Sylvester Stallone demuestran su poder como actores en la continuación de una saga deportiva que se niega a morir.
Dirección: Steven Caple Jr.
Michael B. Jordan, Sylvester Stallone, Dolph Lundgren, Florian Munteanu, Tessa Thompson
Creed, la resurrección de la saga de Rocky, fue toda una agradable sorpresa. La historia sobre Adonis, el hijo de Apollo Creed, el rival y luego amigo del boxeador Rocky Balboa (Stallone obtuvo una merecida nominación al Oscar en esta película), llegó a los corazones de los fanáticos así como al de los neófitos, gracias a una potente actuación de su protagonista y a un entrañable apoyo de quien fuera antes el centro de una exitosísima franquicia sobre el ascenso y caída de un boxeador.
Los seguidores de Rocky encontrarán la secuela de Creed peligrosamente predecible: Adonis Creed ya es un campeón mundial y su orgullo lo lleva a olvidarse de su entrenador y a enfrentarse a un retador más fuerte que él, aprendiendo una dolorosa lección de humildad que lo llevará a acudir a su antiguo mentor y a prepararse adecuadamente para la revancha. Sin embargo, los que amamos de verdad estas películas y a sus personajes, sabemos de antemano que su atractivo no está en la historia sino en cómo esta se desarrolla. Y es aquí donde subyace la virtud de Creed II.
La segunda parte de la historia de Adonis Creed cuenta con un digno oponente al título en Víctor Drago (un imponente Florian Munteanu, boxeador rumano en la vida real), el hijo de Iván Drago (el oponente de Rocky Balboa y de Apollo Creed en la cuarta parte de la saga, encarnado por un maravilloso Dolph Lundgren). Es Víctor quien le va a dar a Adonis su merecida lección bajándole los humos a golpes. Pero también conoceremos aspectos sobre la vida de la familia Drago, la cual se deshizo luego de su derrota. Ahora Iván entrena a su hijo sin recurrir a la alta tecnología o a sofisticados regímenes. Y es gracias a esa formación ruda y agreste, así como al deseo de ser aprobado por sus padres, de donde Víctor obtendrá su brutal fuerza.
Adonis cuenta con el apoyo de su novia Bianca (una excelente Tessa Thompson), la cantante de R&B con problemas auditivos y, por supuesto, de Rocky Balboa, quien ya ha superado su cáncer, pero no su soledad. Stallone nos muestra de nuevo lo que implica ser un excelente secundario en una interpretación que logra partirnos el corazón. Gracias al guión de Juel Taylor, esta película se toma su tiempo en construir los personajes para darle una mayor profundidad y multidimensionalidad a la historia, lo cual se agradece con creces.
Pero este es el show de Michael B. Jordan. El actor le entrega su cuerpo y alma al personaje de Adonis y el director Steven Caple Jr. (en reemplazo de Ryan Coogler) sabe cómo explotarlo al máximo. Creed II incluye, como es costumbre, unas impresionantes escenas de boxeo, así como una secuencia de entrenamiento que logra poner la piel de gallina gracias al desempeño físico de Jordan y a la oportuna y vibrante música a cargo del compositor Ludwig Göransson (Black Panther) y del productor de Hip Hop Mike Will Made-It.
Puede que esta película sea inferior a su predecesora, pero eso no quiere decir que se deba subvalorar. Creed II (o Rocky VIII, según su apego a la saga), es una estupenda secuela que vuelve a confirmar el enorme talento de Michael B. Jordan y lo magnífico que puede ser Sylvester Stallone en un papel de apoyo. Una digna continuación para una digna resurrección de uno de los más populares dramas deportivos en la historia del cine, que como el personaje de Rocky Balboa, se rehúsa a morir.