Los amantes de los animales adorarán esta película basada en un exitoso libro y que cuenta la historia de una hermosa perrita pitbull que busca desesperadamente a su amo.
Dirección: Charles Martin Smith
Jonah-Hauer King, Ashley Judd, Alexandra Shipp
El escritor W. Bruce Cameron se ha convertido en todo un fenómeno editorial gracias a sus best-sellers que cuentan historias de perros y de las diferentes relaciones que tienen sus dueños. El placer de estar contigo y Mis huellas a casa han vendido millones de copias en todo el mundo. Del primer libro se realizó una película en el 2017 dirigida por lasse Hällstrom (autor de la tristísima Hachi) que, aunque tuvo una gran acogida, se afectó debido a un video de aficionado que registra un acto de crueldad hacia un animal que hacía parte del elenco actoral.
Ahora es el turno para Mis huellas a casa, una película superior a su predecesora (aunque no se asume como secuela) y que cuenta con la dirección de Charles Martin Smith, un prolífico actor quien trabajó por varios años para Disney (fue el protagonista de la cinta de 1983 Never Cry Wolf, un trabajo basado en hechos reales, muy controversial en sus días, ya que fue la primera película de los estudios Disney en incluir escenas de desnudos), además de ser también el autor de películas familiares protagonizadas por animales como Air Bud o A Dolphin’s Tale.
La experticia en este tipo de películas se evidencia en Mis huellas a casa, una conmovedora historia acerca de Bella, una perrita pitbull que fue criada por gatos y que termina siendo rescatada por Lucas (Jonah Hauer-King), un joven estudiante de medicina y amante de los animales, que adopta al animalito huérfano como su mascota.
Sin revelar mucho sobre la trama, se puede decir que los avatares del destino llevan a Bella a separarse de su amo. Es así que la pitbull de orejas largas (con la voz de Bryce Dallas Howard) atraviesa medio país para reencontrarse con el ser humano con el que mantuvo un vínculo afectivo muy estrecho. En su viaje de reencuentro, Bella adoptará a una puma bebé a la que llamará “Gran gatita” y con la que establecerá una gran amistad (lo atípico de la relación hace que se recurra a los caracteres generados por computador, los cuales dejan mucho que desear, más no así el vínculo desarrollado que logra llegar al corazón).
Es obvio que esta cinta es manipuladora al extremo y que busca hacer que su público derrame muchas lágrimas (gracias a las reflexiones de Bella y a las constantes separaciones y reencuentros), que odie con fuerza al villano (un hombre que pertenece al control animal y que busca a como dé lugar, separar a la pitbull de sus amos y practicarle la eutanasia) y que se ría a carcajadas como las que se producen con la escena onírica de la puma, la perrita y su dueño durmiendo en la misma cama.
Sin embargo, esta es una manipulación que funciona a las mil maravillas y que ayuda a que niños y adultos tomen consciencia del abandono y del maltrato al que son sometidos muchos animales. Asimismo, esta no es una película en la que los perros son los héroes y los felinos los villanos. Mis huellas a casa es una cinta inclusiva que deja bien parados a todos los animales, no así a algunos seres humanos.
ERES LA MEJOR
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gracias