Una de las mejores adaptaciones cinematográficas de una historia de Stephen King (así el autor afirme lo contrario), es una sólida evidencia del sentido de la perfección que caracterizó la obra del gran Stanley Kubrick.
Dirección: Stanley Kubrick
Jack Nicholson, Shelley Duvall, Danny Lloyd, Scatman Crothers
La única incursión de Stanley Kubrick en el género de terror (aunque hay mucho de este en La naranja mecánica), es una adaptación libre de la novela de Stephen King (que este autor odió), e incluye una de las mejores actuaciones en la carrera de Jack Nicholson (actor que fue elegido para el papel protagónico, por encima de Robert De Niro y Robin Williams).
Jack Torrance (Nicholson), un escritor que quiere dejar el alcohol, lleva a su esposa Wendy (Shelley Duvall, en el papel más difícil de su carrera, pero también el mejor), y a su pequeño hijo Danny (un excelente Danny Lloyd), a pasar una temporada en un hotel desocupado donde ha sido contratado como vigilante. A medida que pasan los días, cada uno de los tres comienza a experimentar un momento de alucinación, o lo que también podría denominarse como una aparición sobrenatural. El hijo es el primero en captar momentos de lo que fueron unos violentos asesinatos llevados a cabo en el hotel años atrás. Luego, el padre comienza a perder gradualmente su cordura. Por último, la madre es la última en sufrir, en gran parte debido a la actitud cada vez más violenta e imprevisible de su esposo y al extraño comportamiento de su hijo.
Stephen King dijo alguna vez que su libro es sobre el bloqueo mental de un escritor. Kubrick le añade una gran cantidad de simbolismo a la historia y hace énfasis en los problemas de comunicación de la familia. El resultado es un trabajo perturbador, claustrofóbico y macabro, el cual ha sido imitado cientos de veces. La obsesión de Kubrick por la perfección, lo llevó a repetir una y otra vez muchas de las tomas que componen la cinta, lo que dio como resultado una elección en extremo cuidadosa de los planos y los ángulos, un ritmo lento que nos conduce hacia el miedo y el registro de unos actores que dan lo mejor de sí (aunque Nicholson y Duvall confesaron que el ambiente en el set fue en extremo demencial, lo que el documental de Vivian, la hija de Kubrick sobre el “detrás de cámaras” de El resplandor alcanza a atestiguar).
La adaptación de Kubrick, que su autor llamó “un auto lujoso, pero sin motor”, es considerado ahora como todo un clásico del cine, no solo del cine de terror. Lo que podría pensarse como la versión de Kubrick de Eraserhead (la película de David Lynch que el mismo director evidenció como influencia y que compartió con su elenco de actores y equipo) es, para muchos, su mejor película. Y aunque eso es debatible, no cabe duda de que El resplandor es una gran película.
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