Director: Chinonye Chukwu
Alfre Woodard, Richard Schiff, Aldis Hodge, Wendell Pierce
Sin necesidad de arengas o discursos, esta poderosa película acerca de lo inhumano de la pena de muerte, transmite su mensaje con suma eficacia, ayudada en gran parte por una tremenda actuación de Alfred Woodard.
Por décadas, la actriz Alfre Woodard nos ha entregado unas poderosas actuaciones tanto en el cine como en la televisión (su interpretación como la villana trágica Black Mariah en la serie Luke Cage es un buen ejemplo de ello). Sin embargo, en Clemency, su última película, Woodard nos ofrece la mejor actuación de su carrera.
En el segundo largometraje de la directora afroamericana Chinonye Chukwu (luego de su ópera prima alaskaLand), Woodard encarna a Bernadine Williams, la alcaide de una prisión quien se enfrenta a su doceava ejecución por inyección letal. En una devastadora secuencia inicial, Chukwu nos muestra, con lujo de detalles, cómo la labor de llevar a cabo la ejecución de un reo condenado a muerte, genera de una manera irremediable, un efecto profundo en la psique.
Esta película, que nos hace recordar a la excelente Dead Man Walking de 1995, en la que Susan Sarandon obtuvo el Óscar como Mejor Actriz por su interpretación de la monja Helen Prejean, encargada de ofrecerle la paz espiritual al condenado a muerte Matthew Poncelet (con un Sean Penn en su mejor momento), transmite su mensaje en contra de la pena de muerte de una manera efectiva y contundente, sin tener que recurrir a panfletos o discursos. Basta con la cámara de Eric Branco y la poderosa actuación de Woodard para que se nos diga todo lo que se tiene que decir.
Clemency se enfoca en la preparación para la ejecución de Anthony Woods (un excelente Aldis Hodge), acusado de haber asesinado a un policía. La película nunca nos dice si Woods es culpable o no, pero sí resalta al hombre detrás del posible asesino. El condenado a muerte deposita toda su fe en su abogado Marty (Richard Schiff), un hombre que planea retirarse, cansado de la dureza del sistema judicial. Aunque Woods no pudo asistir al funeral de su madre, tiene la esperanza de poder ver a su esposa por última vez, y al hijo que no sabía que tenía, por primera vez.
Williams, por su parte, es una mujer dura que se aferra a las normativas. Y mientras lo hace, sufre de pesadillas, se refugia en un bar y pone en riesgo la relación con Jonathan, su esposo y profesor de literatura en una escuela, quien también está pensando en su retiro (interpretado por un siempre estupendo Wendell Pierce).
Es imperdonable que Woodard solo haya sido nominada al Óscar en una ocasión por la película Cross Creek de 1983. Es hora de que los miembros de la Academia reconozcan a una de las mejores actrices afroamericanas de todos los tiempos. Su actuación en Clemency (especialmente en su acto final), es sublime.
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