El director de La bruja vuelve a confeccionar otro clásico del terror.
Director: Robert Eggers
Willem Dafoe, Robert Pattinson, Valeriia Karaman
Robert Eggers tiene 36 años, pero parece que tuviera 300. Esta alma vieja nos metió de lleno en la realidad de los puritanos colonizadores de norteamérica en The Witch, una de las mejores películas de terror de todos los tiempos.
El cine de terror, cuando supera el efectismo de los sobresaltos y apunta a sacudir el alma del espectador y a perturbar su mente de un modo más profundo y duradero, se convierte en un terreno fértil para cultivar verdaderas obras maestras. Actualmente, el competidor más serio de Eggers en su campo, es Ari Aster, de cuyas cintas Hereditary y Midsommar se hablará por años.
Pero volviendo a Eggers, hay que decir que las expectativas estaban muy altas después del impacto que causó su ópera prima. No hay que preocuparse, porque The Lighthouse, su segundo largometraje, es de una calidad soberbia.
Estes es un trabajo con aires de película europea antigua. Literaria, inteligente, teatral y altamente perturbadora. Su pequeño encuadre encapsula una exquisita fotografía a blanco y negro cortesía de Jarin Blaschke (el mismo que nos congeló los corazones con las imágenes logradas en The Witch). Gracias a sus imágenes, el espectador sentirá que está viendo un trabajo de Bergman o Tarkovski. Se destaca también el impresionante trabajo sonoro de Damian Volpe, que se yuxtapone de una manera magistral con el trabajo de Blaschke.
Y como si se tratara de Persona y no de una cinta de terror psicológico, esta es una pieza de cámara que se apoya en el talento interpretativo de dos talentosos actores: Willem Dafoe y Robert Pattinson. Los dos interpretan a dos trabajadores de un faro ubicado en las costas de Maine a finales del siglo XIX.
Dafoe logra una de sus mejores actuaciones como el marino veterano Thomas Wake, quien le hace la vida imposible al aprendiz Ephraim Winslow, encarnado por un Robert Pattinson que nos sigue convenciendo que es un actor de altísimo calibre, quien ha superado con creces su anterior estatus de galán protagonista de la saga de Crepúsculo.
El guion escrito por Robert Eggers y su hermano Max, está inspirado en un relato de Edgar Allan Poe, y los diálogos se basan en las obras de Herman Melville (el autor de Moby Dick) y la novelista Sarah Orne Jewett (Una garza blanca), así como en testimonios escritos dejados por marinos y cuidadores de faros de la época en la que se desarrolla esta cinta. El resultado es una historia grandilocuente, en la que la locura y la claustrofobia, del mismo modo que las sirenas, los tritones y las gaviotas malvadas (que parecen sacadas de la clásica película de Hitchcock), hacen parte integral de una atmósfera mortecina que casi se puede llegar a oler con toda su peste, gracias a la increíble riqueza visual de la cinta.
Los espectadores acostumbrados a que todo se explique con lujo de detalles, se van a llevar con The Lighthouse una gran decepción. Este es un trabajo ambiguo y surrealista, más cercano al cine experimental que al narrativo. Si usted busca un trabajo hipnótico, con dos actores demostrando sus colosales habilidades histriónicas, The Lighthouse es su película. Aquí queda claro que Robert Eggers es un director al que hay que seguir y que ha puesto muy en alto un género tan vapuleado como el terror.
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