Si quiere saber que pasaría si Batman conociera a Bruce Lee, esta nueva película animada puede darle algunas respuestas.
Director: Sam Liu
La película número 40 de la larga serie de largometrajes animados inspirados en los superhéroes de DC, es una de las pocas que no está basada en ningún cómic de la empresa. Su inspiración se encuentra en Operación Dragon, el clásico de las artes marciales protagonizado por la leyenda Bruce Lee y en Los hijos del tigre, un grupo multiétnico de superhéroes de Marvel Comics, que fueron creados para la revista Las manos mortales del Kung Fu, la cual se aprovechó de la inmensa fiebre por las artes marciales que se dio a comienzos de los años 70 y que en gran parte fue generada por el fenómeno de Bruce Lee, por las películas de los Shaw Brothers (Las 36 cámaras del Shaolín, Los cinco dedos de la muerte) y por Kung Fu, la popular serie de televisión protagonizada por David Carradine (quien reemplazara a Lee en el papel protagónico).
Si la idea consistía en ubicar a Batman en los años setenta y unirlo a un grupo de expertos en artes marciales, hubiera sido muy fácil haber hecho una película en la que Batman se une a Los hijos del tigre o forme equipo con Iron Fist (quien tuvo su propia serie en Netflix) o con Shang-Chi (superhéroe que pronto tendrá una película de acción real). El problema es que esos personajes pertenecen a una empresa rival. Es así que, para cumplir con esta premisa, el guionista Jeremy Adams recuperó a una serie de héroes y villanos de los archivos de DC para armar una especie de equipo equiparable a los Maestros del Kung Fu de Marvel.
El primero es Richard Dragon, un experto en Kung Fu creado por Denny O’Neil y Jim Berry en 1974, y que aquí deja de ser un joven pelirrojo llamado Richard Drakunovski, para convertirse en un agente secreto de rasgos idénticos a los de Bruce Lee. El segundo miembro del equipo es Ben Turner, un antihéroe afroamericano, creado por los mismos autores para la revista Richard Dragon, Kung Fu Fighter (la respuesta de DC a los cómics de Marvel), y que lucha bajo el nombre de Tigre de bronce.
Como no puede faltar el componente femenino, la película incluye en el equipo a Lady Shiva, inicialmente una aliada de Richard Dragon en los cómics, quien luego se convirtiera en una de las más poderosas supervillanas de la extensa galería de enemigos de Batman. La otra mujer es Jade Nguyen, una villana que, en los cómics de los Jóvenes Titanes, es mejor conocida como la temible Cheshire.
Los otros dos miembros del sexteto son Rip Jagger, quien en los cómics es conocido como Judomaster (un personaje originalmente creado para la difunta editorial Charlton Comics y que ahora pertenece a DC) y, por supuesto, Bruce Wayne, también conocido como el Hombre Murciélago.
Sin revelar sorpresas y secretos, se puede decir que Batman: Soul Of The Dragon nos cuenta dos historias: la primera tiene que ver con Dragon buscando a sus viejos amigos para detener a Jeffrey Burr, un millonario líder de la diabólica secta llamada Kobra, quien se quiere apoderar de una puerta con poderes místicos; y la segunda, que se narra a partir de flashbacks, nos muestra a un joven Bruce Wayne viajando a Nanda Parbat para ser entrenado por O-Sensei, maestro del Kung Fu y protector de la puerta mística, junto con Dragon, Turner, Lady Shiva, Jade y Jagger.
Vale la pena hacer una aclaración: En 1962, la editorial DC Comics creó a un personaje llamado Karate Kid, un joven experto en artes marciales que utiliza sus habilidades para combatir el crimen en el siglo XXX. En 1984, los estudios Columbia le pidieron permiso a DC para utilizar el nombre del personaje para una exitosa franquicia de películas protagonizadas por Ralph Macchio y Pat Morita, que lo único que tienen en común con los cómics es la juventud del personaje y sus habilidades como karateca. No es casualidad que esta película animada salga en un momento en que la serie Cobra Kai (una especie de secuela de las películas de Karate Kid), goce de un rotundo éxito entre los nostálgicos y los amantes de las artes marciales.
Batman: Soul Of The Dragon no tiene unas secuencias de pelea sorprendentes (eso sí, posee mucha violencia) y tampoco aprovecha como debería ser a un Batman que vive en una época de música funk, grandes afros, patillas pobladas y botas campana. Pero los amantes de las películas animadas de DC la encontrarán muy superior a Batman Ninja, el decepcionante anime del 2018.
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