Diane Lane y Kevin Costner protagonizan una cinta que posee el aire de una película clásica de vaqueros, sobre la búsqueda y rescate de una mujer y su pequeño hijo de un mundo de temor y maltrato.
Director: Thomas Bezucha
Kevin Costner, Diane Lane, Kayli Carter, Jeffrey Donovan, Leslie Manville
El director Thomas Bezucha debutó en el año 2000 con el largometraje Big Eden, una modesta cinta fuertemente influenciada por los trabajos de Frank Capra, ambientada en un pueblo norteamericano ficticio, supuestamente cercano a Montana. Cinco años después dirigiría The Family Stone, un celebrado trabajo con altas dosis de humor negro, en el que una mujer conservadora acompaña a su novio a una reunión familiar en la víspera de navidad, para encontrarse con un desfile de personas excéntricas y disfuncionales. Seis años más tarde se estrenaría Monte Carlo, su tercera película, acerca de un trío de amigas que viajan al lujoso barrio de Mónaco, luego de que una de ellas es confundida con una aristócrata británica.
Ahora, diez años después de Monte Carlo, este director que se toma su buen tiempo para asumir nuevos proyectos, nos presenta la adaptación cinematográfica del libro Déjalo ir, escrito por el novelista Larry Watson y publicado en el 2013, la cual marca la segunda colaboración entre los actores Kevin Costner y Diane Lane (ellos interpretaron a los padres adoptivos de Supermán en la película Hombre de acero de Zack Snyder).
Este neo-western ambientado en los años sesenta, presenta las características dramáticas y el ritmo pausado de una película de vaqueros clásica, que bien pudo haber sido protagonizada por los iconos del género John Wayne, Gary Cooper o James Stewart.
Su historia es la siguiente: Los esposos Margaret (Lane) y George (Costner) Blackledge viven apaciblemente en un rancho de Montana en compañía de su hijo James (Ryan Bruce) y de Lorna (Kayli Carter), la esposa de este. Un trágico accidente acaba con la vida del hijo de los Blackledge, dejando viuda a Lorna con su pequeño bebé.
Años más tarde, Lorna conoce a Donnie Weboy (Will Brittain) y él se convierte en su segundo esposo. Pero Margaret descubre que Donnie maltrata tanto a Lorna como a su nieto. De repente, Lorna, Donnie y el niño desaparecen sin avisar y eso lleva a Margaret a tomar una decisión: Ella va a buscar a su nuera y a su nieto para comprobar si están bien, y si no lo están, se llevará a los dos a vivir con ella. Lorna está dispuesta a irse con o sin su pareja, pero George decide acompañar a su esposa y, como si se tratara de una versión libre del clásico The Searchers, la ex domadora de caballos y el antiguo sheriff emprenden una misión de rescate.
Aquí es donde Déjalo ir se convierte en una cinta oscura. Margaret y George confirman sus sospechas: Lorna y el niño se han ido a vivir con los Weboy, la familia de Donnie a Dakota del Norte, y ellos son unas personas siniestras y oscuras lideradas por Blanche (Lesley Manville), la madre del clan; y por Bill (Jeffrey Donovan), el hijo mayor; quienes no están dispuestos a que los Blackledge se lleven a la esposa, y mucho menos, al hijo de su querido Donnie.
Margaret recuerda con George la vez que tuvieron que sacrificar a la yegua favorita de ella y como antes que el hombre le disparara, ella le susurró al oído los buenos momentos que tuvieron juntos. Dicha evocación le permitirá al espectador saber qué es lo que va a suceder. Y es que, en las cintas clásicas de vaqueros, un hombre tiene que hacer lo que tiene que hacer. Por lo tanto, el título Déjalo ir es engañoso.
La película de Bezucha, como todas las que componen su filmografía, abordan el tema de la familia y lo complicadas que son las relaciones entre sus miembros. Pero también es una cinta de suspenso con una resolución violenta. Su ritmo, su atmósfera y el cuidado puesto en los personajes, la convierten en un trabajo que puede exasperar a aquellos acostumbrados a la acción trepidante, a la violencia excesiva y al derroche de efectos especiales. Aquellos que amamos el cine de antaño, nos veremos altamente recompensados.
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