Rock Dog: Rock Around The Park (Rock Dog 2: Renace una estrella) (2021)

Vuelve Bodi, el perrito rockero, en una secuela que posee prácticamente las mismas características de su predecesora.

Director: Mark Baldo

Con las voces de Graham Hamilton, Kathleen Barr, Donny Lucas

En el 2016, se estrenó una coproducción entre China, Corea y Estados Unidos basada en el cómic Tibetan Rock Dog del autor y también músico de Rock Zheng Jun, que contaba las aventuras de Bodi, un perrito que soñaba con dejar de ser pastor para convertirse en una estrella de la música.

Lo cierto es que este perrito con la apariencia y el gorro de lana de Chris Barron, el cantante líder de la agrupación noventera Spin Doctors, no poseía el carisma, el sentido del humor, la actitud rebelde, el talento musical y la “garra” o el “diente”, para convertirse en un verdadero rockero, lo que hizo que su película fuera todo un desastre artístico, pese a que Adam Barron, su director, era el mismo de cintas como Toy Story 2 y Surf’s Up.

Cinco años después, este perrito tan olvidado como los Spin Doctors (es un misterio que Bodi jamás haya interpretado un cover de Two Princes), vuelve a la gran pantalla con una inesperada e innecesaria secuela, en la que nuestro héroe cae víctima de las maquinaciones de la industria de la música, perdiendo así su “alma” (algo que quizás nunca tuvo, en primer lugar).

Rock Dog 2: Renace una estrella, parte un año después de los sucesos ocurridos en la primera parte, en donde Bodi y su banda conformada por la simpática zorrita Darma y el carnero Germur (quien, al parecer, consume más sustancias psicoactivas que Tommy Chong), han logrado el apoyo de sus fanáticos, especialmente de Khampa, el padre de Bodi.   

Sin embargo, el éxito de la banda de Bodi es local (piensen en ella como una agrupación indie), ya que el perrito, la zorrita y el carnero siguen viviendo en la montaña. Sin embargo, un siniestro ejecutivo de la música llamado Linnux, llega al pueblo de Bodi para ofrecerle a la banda una oferta muy atractiva: Ser los teloneros de Lil’Foxy, una popular estrella del Pop (una mezcla entre Britney Spears y Ariana Grande).

Linnux le propondrá a Bodi “jugar el juego” para convertirse en superestrella, lo que significará abandonar su identidad para convertirse en Bibi, una especie de imitador del Elvis de la época de Las Vegas, traicionar a su banda e incursionar en el mundo de la música prefabricada y sin “alma” (aunque la verdad sea dicha, la música de Bodi suena igual antes que después de su caída). Más adelante se descubrirá que Linnux es todo un lobo disfrazado de oveja (literalmente) con una egoísta agenda oculta.  

Mark Baldo, un director cuyos antecedentes los encontramos en varias películas promocionales para las franquicias de Bionicle, Lego y Barbie, todas de calidad cuestionable, y el guionista Alec Sokolow (escritor de nada menos que Toy Story), continúan cometiendo los mismos grandes errores de la primera parte de Rock Dog: Animación mediocre y sin atención al detalle, situaciones y diálogos para nada graciosos (los chistes aquí son más flojos que cualquiera de los generados por los miembros de la Patrulla canina), pésima música (nadie puede creer que Bodi sea un rockero con canciones que parecen descartes de High School Musical o Peter Punk), y una falta de sentido de la parodia que aquí pudo haber funcionado muy bien (los rockeros de corazón nos imaginamos un jam de Bodi con Eric Clapton, cenando murciélagos con Ozzy Osbourne, o recibiendo la inspiración fantasmal de Elvis Presley).

Otro aspecto triste de esta secuela está en que los talentosos actores que prestaron su voz para la primera parte (Luke Wilson, Eddie Izzard, J.K. Simmons), han abandonado el proyecto. No podemos criticar esta sabia decisión.

Rock Dog 2: Renace una estrella es un producto característico del mismo estudio que nos trajo Norm Of The North, una de las peores películas animadas en la historia del cine. Los niños se preguntarán cómo hace Bodi para tocar una guitarra eléctrica desconectada y por qué la oveja Carl siempre se expone en toalla, como si se tratara de una perversión tipo Harvey Weinstein, disfrazada de chiste flojo. Por su parte, los adultos se aburrirán de lo lindo, entenderán por qué el Rock ha muerto y temerán por una tercera parte en la que el perrito probablemente se enfrentará a Bad Bunny, el “conejo malvado” (lo que no sería una premisa tan mala del todo).

Sobre André Didyme-Dôme 1646 artículos
André Didyme-Dome es psicoterapeuta y periodista. Se desempeña como editor de cine y TV para la revista Rolling Stone en español y es docente universitario; además, es director del cineclub de la librería Casa Tomada y conferencista en Ilustre. Su amor por el cine, la música pop y rock, la televisión y los cómics raya en la locura.

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