Una película animada subversiva que pone sobre la balanza la terrible dependencia que las personas tenemos hacia los dispositivos electrónicos y la superficialidad de las redes sociales, en contraposición con las bondades y el beneficio de la tecnología.
Director: Sarah Smith, Jean-Philippe Vine, Octavio E. Rodríguez
Con las voces de Jack Dylan Grazer, Zach Galifianakis, Ed Helms, Olivia Colman
En el 2014, los estudios Disney nos entregaron una hermosa cinta animada llamada Big Hero 6, acerca de un chico de catorce años y su relación con un simpático robot llamado Baymax. Pocos saben que aquella cinta era una adaptación de un cómic de Marvel y es un enigma que no se haya realizado una secuela de la misma.
Para aquellos que estamos esperando una segunda parte de las aventuras de Baymax, nos llega una cinta animada igual de bella y entretenida, titulada Ron Da Error, la primera distribuida por los 20th Century Studios, luego de su compra por parte de Disney y del cierre de su compañía de animación Blue Sky.
Al igual que La Película de Lego, Ron Da Error es una cinta animada subversiva que denuncia la dependencia actual que todos tenemos con los dispositivos electrónicos, especialmente los más jóvenes. Asimismo, nos habla de la superficialidad y banalidad de las redes sociales y de cómo estas afectan nuestra autopercepción y autoestima. Sin embargo, esta cinta nos muestra las dos caras de la tecnología. Marshall McLuhan, el fallecido gurú de los medios de comunicación, hablaba de cómo la tecnología extiende y mutila, mostrándonos tanto las cualidades como los aspectos positivos que todo producto tecnológico posee y cómo la relación que las personas tenemos con ellos, posibilita cosas y nos abre a nuevos mundos, pero, a su vez, también limitan y afectan nuestra vida, así como las relaciones que tenemos con las demás personas.
Todos estos temas se conjugan en una cinta dirigida al público infantil, la cual es muy graciosa y entretenida. Además de la ya mencionada Big Hero 6, es indudable la influencia de cintas como Her, Jexi y Electric Dreams (esa olvidada comedia romántica de los años 80), que hablan del papel de la tecnología en nuestras relaciones afectivas. Pero también está muy presente E.T., el clásico de Steven Spielberg acerca de la amistad de un niño con una criatura muy particular.
El protagonista de Ron Da Error es Barney (con la voz de Jack Dylan Grazer, el actor de It y Shazam!), un niño que vive con Graham (Ed Helms), un padre viudo que mantiene a su familia vendiendo artículos innecesarios por computador y con su excéntrica abuela búlgara Donka (una maravillosa Olivia Colman, quien hace poco interpretó a un celular malvado en Los Mitchells contra las máquinas). La vida de Barney es atípica si se le compara con la de los niños de su edad. Barney vive rodeado de pollos y cabras, posee una colección de piedras y no posee el dispositivo tecnológico del momento: El B-Bot, una especie de celular y tableta convertida en robot, creada por el joven genio de la informática Marc Weidell (Justice Smith) para la empresa Bubble (una clara alegoría a Apple).
La abuela Donka le organiza una fiesta de cumpleaños a su nieto, pero Barney siente vergüenza de invitar a sus compañeros de escuela. Estamos hablando de una abuela que le envía patas de pollo fritas como lonchera al niño. Los chicos populares de la escuela como Savannah (Kyle Cantrall) o Rich (Ricardo Hurtado), fueron los amigos de Barney en el primer grado, pero ahora lo desprecian porque no comparte su obsesión con obtener miles de visitas a sus respectivos canales de YouTube y además se burlan de él, porque no posee un B-Bot como todos los demás.
Pese a los problemas económicos, Graham termina comprando un B-Bot para su hijo, el cual fue golpeado al caerse de un camión. Es así que Barney tendrá un robot defectuoso, que solo tiene conocimiento de los conceptos que comienzan con la letra A, que llama a su dueño “¿Absalom?” con todo y signos de interrogación, que no duda en agredir a otros niños para defender a Barney, con unos brazos que se desprenden a cada momento y, lo que es peor, ¡no puede conectarse a la internet!
La voz y el talento de Zack Galifianakis es un factor decisivo para que este robot desquiciado funcione a las mil maravillas (el cual luce y se comporta como el hermano loco de Baymax). No puede faltar un villano, y este es Andrew Morris (Rob Delaney), un siniestro colega de Marc en Bubble, que se parece mucho al Steve Jobs que interpretó Michael Fassbender en su famoso biopic. Morris odia a los niños y es un tecnólogo sin alma que no tiene ningún problema en invadir la privacidad de los usuarios y en obtener grandes sumas de dinero a costa de manipular su consumo compulsivo.
Lo que más se le agradece a esta cinta, además de su gran capacidad para divertirnos de principio a fin es su intención de comentar sobre temas realmente importantes acerca de los grandes cambios que se están produciendo en las relaciones sociales y el papel determinante de la tecnología en dichos cambios. Nada mal para una película infantil animada.
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