Aunque no es una historia muy original, su director y sus actores hacen que esta película se gane nuestros corazones.
Director: Yohan Manca
Maël Rouin Berrandou, Judith Chemla, Dali Benssalah
El primer largometraje como director de Yohan Manca, bien puede pensarse como una versión libre de Billy Elliot, la hermosa película de Stephen Daldry acerca de un niño procedente de la clase obrera británica que sueña con convertirse en bailarín.
El niño de la película de Manca se llama Nour (un estupendo Maël Rouin Berrandou) y hace parte de una familia de inmigrantes que vive al sur de Francia, conformada por cuatro hermanos mayores y una madre que yace postrada en estado de coma.
El sueño de Nour no es el de convertirse en bailarín, pero es igualmente atípico para un niño de su edad y sus características. Nour ama la ópera y quiere convertirse en cantante como su ídolo Pavarotti.
Nour tiene catorce años de edad, juega fútbol en la playa, se interesa por las niñas y trabaja haciendo servicio comunitario. Cuando está en su casa, coloca los parlantes de su computador en el cuarto de su madre comatosa y le coloca la música de Pavarotti. Un día, mientras pinta las paredes de una escuela, escucha la música que tanto le gusta. Esta proviene de un salón donde Sarah (Judith Chemla), una cantante de ópera, le da clase de música a un grupo de niñas.
Como es tradición en este tipo de películas, Sarah se da cuenta del talento y la pasión de Nour y se convierte en su mentora. Pero el principal obstáculo para el niño son sus hermanos mayores. Abel (Dali Benssalah), el mayor, le ordena a Nour que reparta pizzas para colaborar con la manutención de la madre enferma. Le sigue Mo (Sofian Khammes), un hermano menos estricto pero que trabaja como gigoló en centros vacacionales para colaborar con la familia. Hedi (Moncef Farfar), por su parte, es la oveja negra de la familia y ha caído en un ambiente de delincuencia, agresión y rebeldía.
Sin embargo, Manca, quien actúa como director y guionista (basándose en una historia de Hédi Tillette de Clermont-Tonnerre), asume la plétora de lugares comunes y las convierte en una película sincera, en algunos momentos agreste y dura, y en otras tierna y sensible. Asimismo, el ritmo y la narrativa se trabajan con la simplicidad y cuidado necesarios para que nos interesemos por cada uno de los personajes y para que la historia, muchas veces ya contada, fluya y se sienta fresca.
Mis hermanos y yo es una cinta entrañable sobre un chico atrapado por sus condiciones económicas y por las circunstancias de su familia, que lucha por un sueño casi inalcanzable. Pero también es un hermoso relato sobre una familia que intenta seguirla siendo, pese a una serie de factores muy difíciles de superar.
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