The Fall (El sueño de Alexandria) (2006)

Vuelve a las pantallas The Fall, una fantasía visual deslumbrante que mezcla emoción humana con imágenes de ensueño.

Director: Tarsem Singh

Catinca Untaru, Justine Waddell, Lee Pace

Tarsem Singh es parte de los llamados «hijos del videoclip», un grupo de directores que comenzaron sus carreras en el dinámico y visualmente innovador mundo de los videos musicales en los años noventa antes de consagrarse como autores en el cine. Al igual que David Fincher (Se7en), Jonathan Glazer (Sexy Beast), Spike Jonze (Being John Malkovich), Mark Romanek (One Hour Photo) y Michel Gondry (Eternal Sunshine Of The Spotless Mind), Tarsem lleva su sensibilidad estética a un nivel narrativo, mezclando imágenes cuidadosamente orquestadas con relatos que desafían las estructuras tradicionales.

En The Fall (2006), Tarsem se embarcó en su proyecto más ambicioso y personal, una película que se filmó durante cuatro años en 28 países y que combina su amor por lo visual con un relato que desafía los límites de la imaginación. La cinta, producida por Spike Jonze y David Fincher, es una mezcla de fantasía, drama y metarrelato, un testimonio del compromiso de Tarsem con la creación de sus propios planos, siguiendo las enseñanzas del maestro Andréi Tarkovski.

Ambientada en Los Ángeles de 1915, la película sigue a Roy (Lee Pace), un doble de acción paralizado tras un accidente en el set. Roy, atrapado en la desesperación y el dolor, entabla una relación con Alexandria (Catinca Untaru), una niña rumana hospitalizada en la sala infantil. Para ganarse su confianza, Roy le cuenta a Alexandria una historia épica llena de héroes y villanos: una banda de personajes excéntricos lucha contra el malvado gobernador Odious (Daniel Caltagirone). Sin embargo, esta historia fantástica está teñida por las intenciones ocultas de Roy, quien busca manipular a la niña para obtener morfina y acabar con su vida.

Lo fascinante de The Fall es cómo la imaginación de Alexandria filtra la narración de Roy, transformando sus palabras en imágenes surrealistas. La visión de la niña, al igual que los reparos del nieto de The Princess Bride (1987), mezcla referencias culturales y estilos visuales, desde turbantes y palacios indios hasta paisajes deslumbrantes. Esta dicotomía entre la realidad cruda de la sala del hospital y el mundo expansivo de la fantasía crea una experiencia cinematográfica profundamente inmersiva, que también evoca ese infravalorado clásico de Terry Gilliam, The Adventures of Baron Munchausen (1988), con esa niña que guía al loco barón hacia el camino de la cordura. 

Tarsem, quien se forjó una reputación como maestro de la estética en videos como Losing My Religion de R.E.M. y Sweet Lullaby de Deep Forest; o con la impresionante cinta de corte surrealista The Cell (2000) protagonizada por Jennifer Lopez y Vincent D’Onofrio, lleva su sensibilidad visual al paroxismo en The Fall. La película se aleja de los efectos generados por computadora, optando en su lugar por paisajes naturales y escenarios reales. Esto le otorga una autenticidad tangible y una opulencia visual que rara vez se ve en el cine contemporáneo. Cada cuadro parece una pintura viviente, desde las vastas dunas del desierto hasta las arquitecturas imposibles que recuerdan la obra de M.C. Escher, sin olvidar, por supuesto, los suntuosos diseños de vestuario de la gran Eiko Ishioka, colaboradora frecuente de Tarsem y que falleciera en 2012.

Esta atención al detalle visual puede, sin embargo, ser un arma de doble filo. Aunque las imágenes son cautivadoras, a veces ralentizan el ritmo narrativo. La película puede sentirse más como una serie de cuadros desconectados que como una historia fluida. Esto ha llevado a algunos a calificarla de indulgente o excesivamente estilizada, pero también es precisamente esa cualidad lo que la hace única.

En su núcleo, The Fall es una meditación sobre la esperanza, la pérdida y el poder de la narración. La dinámica entre Roy y Alexandria es conmovedora, especialmente en cómo la niña, con su inocencia y curiosidad, se convierte en la salvadora emocional de un hombre roto. Catinca Untaru ofrece una actuación auténtica y natural, capturando la mezcla de asombro e ingenuidad infantil. Lee Pace, por su parte, equilibra perfectamente el carisma de un narrador con la desesperación de un hombre al borde del abismo.

La cinta también plantea preguntas interesantes sobre la relación entre narrador y oyente, sobre cómo interpretamos y damos forma a las historias que escuchamos. Las imágenes que surgen en la mente de Alexandria no son solo reflejos de las palabras de Roy, sino reinterpretaciones profundamente personales que nos recuerdan cómo la imaginación transforma la realidad.

The Fall es una obra polarizadora, una película que exige una entrega completa por parte del espectador. Su ritmo pausado y su enfoque visual pueden no ser del agrado de todos, pero aquellos que se dejen llevar encontrarán una experiencia única, un testimonio del poder del cine como arte visual y narrativo. Tarsem, con esta «locura» cinematográfica, demuestra que aún hay lugar para las películas que desafían las convenciones, que celebran lo extraordinario y que buscan crear algo realmente inolvidable.


Sobre André Didyme-Dôme 1790 artículos
André Didyme-Dome es psicoterapeuta y periodista. Se desempeña como editor de cine y TV para la revista ROLLING STONE EN ESPAÑOL y es docente universitario; además, es guionista de cómics para MANO DE OBRA, es director del cineclub de la librería CASA TOMADA y conferencista en ILUSTRE. Su amor por el cine, la música pop y rock, la televisión y los cómics raya en la locura.

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