How To Train Your Dragon (Cómo entrenar a tu dragón) (2025)

La adaptación en acción real es innecesaria, pero tiene suficiente corazón para ser un proyecto digno de revisión.

Director: Dean DeBlois

Gerard Butler, Mason Thames, Nick Frost, Nico Parker, Gabriel Howell, Julian Dennison, Bronwyn James, Harry Trevaldwyn

La trilogía animada de How To Train Your Dragon (2010-2019) marcó un hito en el cine de animación de DreamWorks al evolucionar técnica y emocionalmente, logrando una madurez que distanciaba al estudio de ser un simple imitador de Disney. Con el paso de los años, DreamWorks ha mostrado su capacidad para contar historias profundas, reflexivas y emocionalmente resonantes, sin seguir necesariamente la fórmula de su eterno competidor. Sin embargo, ahora el estudio del ogro verde decide aventurarse en un territorio ya explorado hasta la saciedad por su rival. 

Actualmente, el remake en acción real sigue siendo terreno fértil para que Disney explote sus clásicos animados en busca de éxito económico, y DreamWorks ya no es ajeno a este fenómeno. How To Train Your Dragon es el primer intento de transformar una de sus franquicias más queridas en una versión de acción real, tratando de cosechar los éxitos que Disney ha experimentado en este campo con cintas como The Lion King y Aladdin. Pero a diferencia de los remakes de Disney, que a menudo se perciben como vacíos o impulsados por intereses comerciales, esta versión dirigida por DeBlois posee algo de corazón.

La trama es prácticamente idéntica a la original. Hiccup (Mason Thames, el chico de la aterradora The Black Phone) es un joven vikingo que, en un acto de valentía, salva a un dragón herido, a quien llama Toothless (Chimuelo en español) y juntos inician una aventura que cambiará el destino de los vikingos y los dragones. Gerard Butler repite su papel de Stoick, el padre de Hiccup, con la misma fuerza y presencia que proyectó con su voz en la versión animada. A su lado, el gran Nick Frost (Shaun Of The Dead) asume el papel de Gobber, el entrenador de vikingos (Craig Ferguson en la cinta original), aportando un toque de su buen humor al relato.

El mayor acierto de la cinta es, sin lugar a duda, Toothless, el dragón que conquistó los corazones de los espectadores. Aunque la historia ya es conocida, la relación entre Hiccup y Toothless sigue siendo tan conmovedora como la primera vez. El dragón, con su expresión indudablemente felina, vuelve a generar emociones auténticas en esta nueva versión.

El elenco, en su mayoría, cumple sin sobresalir demasiado. Mason Thames, aunque tiene el carisma necesario, no alcanza a igualar la complejidad de la interpretación de Jay Baruchel en la animación. A pesar de esto, el joven actor tiene momentos de gracia y logra transmitir la vulnerabilidad de Hiccup. Nico Parker (Bridget Jones: Mad About The Boy), como Astrid, brilla más que otros miembros del elenco, aportando una confianza que la convierte en una de las figuras más destacadas de la película. Aunque el resto de los personajes secundarios, como Snotlout o Fishlegs, son apenas una sombra de su contraparte animada, cumplen su función sin dejar una impresión duradera.

Hay que ser honestos. La película, como sucede con casi todos los remakes de acción real, no aporta nada realmente nuevo (curiosamente una de las pocas excepciones para Disney, es la estupenda e infravalorada Mi amigo del dragón). Aunque la adición de 27 minutos más al metraje en comparación con la versión animada podría parecer interesante, el alargamiento innecesario hace que la película pierda parte del ritmo que hizo única a la trilogía original (llamemos a esto “el síndrome Dumbo”). 

Además, el tono fluido y lírico de las películas animadas se pierde en el exceso de tomas largas y diálogos innecesarios (a la cinta le cuesta arrancar). Las secuencias de vuelo, que en la animación lograban transmitir una sensación de libertad, en esta versión se sienten un poco forzadas y artificiales. Y es que a pesar de los impresionantes efectos visuales, algunas escenas de vuelo nos recuerdan, de manera irónica, que lo que estamos viendo no es «real».

El mayor reto al realizar un remake está en la necesidad de aportar algo diferente, un giro que justifique el esfuerzo. La película de How To Train Your Dragon no lo consigue. Si bien es una producción de calidad, se siente como una réplica innecesaria que no se atreve a innovar. No obstante, se siente el amor en su realización, lo cual es difícil de ignorar. Dean DeBlois, quien fue cocreador de la trilogía animada (y guionista y director de la cinta original de Lilo & Stitch para Disney), logra transmitir de nuevo la magia y el mensaje central de la historia sobre tolerancia y respeto hacia la diferencia, algo que sigue siendo relevante, especialmente para los tiempos actuales.

A pesar de sus fallos, How To Train Your Dragon en acción real tiene alma, y eso es lo que la salva de la indiferencia total. El hecho de que ya se esté filmando una secuela en acción real abre la posibilidad de que la saga siga evolucionando. Si la segunda parte mantiene el nivel de esta primera entrega, puede valer la pena revisarla, aunque la magia de la película original nunca podrá ser replicada por completo. Esta cinta, más que una reinvención, es un homenaje a los amantes de una de las trilogías animadas más queridas de la última década.

Sobre André Didyme-Dôme 1917 artículos
André Didyme-Dome es psicoterapeuta y periodista. Se desempeña como editor de cine y TV para las revistas ROLLING STONE Y THE HOLLYWOOD REPORTER EN ESPAÑOL y es docente universitario; además, es guionista de cómics para MANO DE OBRA, es director del cineclub de la librería CASA TOMADA y conferencista en ILUSTRE. Su amor por el cine, la música pop y rock, la televisión y los cómics raya en la locura.

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