
La ley de manifestación ha sido estudiada desde la antigüedad en diferentes tradiciones místicas y filosóficas. En la actualidad, la neurociencia y la psicología también exploran su impacto en la mente humana. Iván Samadhi, escritor, terapeuta y guía en el Taller de Escritura Sagrada, nos habla de cómo la escritura puede ser una herramienta poderosa para manifestar nuestra realidad y transformar nuestras vidas.
André Didyme-Dôme (ADD): Iván, la manifestación es un tema que ha generado fascinación y escepticismo. Se habla de ella en el misticismo, pero también en la psicología positiva. ¿Cómo la entiendes tú?
Iván Samadhi (IS): La manifestación no es magia, es coherencia. Es el arte de alinear pensamiento, emoción y acción con un propósito claro. Si deseas algo profundamente, pero en tu subconsciente hay dudas, culpas o creencias limitantes, lo que realmente manifiestas es la contradicción. La ley de manifestación funciona cuando el deseo se convierte en certeza, cuando la emoción vibra en armonía con la intención y cuando cada paso que das en la realidad material refleja esa visión.
ADD: Suena a una mezcla entre misticismo y psicología. ¿Es un proceso mental o espiritual?
IS: Es ambos. Desde lo psicológico, la manifestación es la capacidad de programar nuestra mente con imágenes, palabras y emociones que reconfiguran nuestras creencias y hábitos. Desde lo místico, es entender que el universo responde a la vibración de nuestra consciencia. La clave es el lenguaje: lo que pensamos y lo que decimos crea la estructura de nuestra realidad.
ADD: Eso me recuerda a la idea de que las palabras tienen poder. En tu Taller de Escritura Sagrada, ¿cómo usas la escritura para manifestar?
IS: La escritura es el ritual más antiguo de la manifestación. Cuando un pensamiento es fugaz, se diluye; cuando lo escribimos, lo anclamos en la realidad. En el taller, guiamos a los participantes a escribir desde la certeza, no desde la carencia. No escribimos “quiero amor”, porque el deseo solo refuerza la falta. Escribimos como si ya fuera real: “El amor llena mi vida de maneras inesperadas”. La mente no distingue entre realidad y ficción cuando la emoción es fuerte. Por eso la manifestación escrita es tan poderosa: transforma la narrativa interna y, con ella, la realidad externa.
ADD: Esto nos lleva a la pregunta clave: ¿hasta dónde llega la manifestación? Hay quienes creen que pueden atraer cualquier cosa, y otros que piensan que hay límites.
IS: Los límites son internos. No puedes manifestar lo que no puedes concebir. Si alguien quiere abundancia pero en su mente está programado para la escasez, no importa cuántas veces lo escriba o lo afirme, porque en el fondo no lo cree posible. La manifestación real
implica reescribir la estructura mental. No es solo pedir, es convertirse en alguien capaz de recibir.
ADD: Es casi alquimia mental…
IS: Exacto. Es transmutación. En los textos antiguos, los alquimistas no solo querían convertir el plomo en oro, sino elevar su propia conciencia. Con la manifestación pasa lo mismo: lo externo es un reflejo de lo interno. Si escribes desde una identidad de poder, creas desde el poder. Si escribes desde la carencia, refuerzas la carencia. La verdadera manifestación es un proceso de evolución personal.
ADD: ¿Y qué papel juega el tiempo? Porque hay quienes intentan manifestar algo y se frustran porque no sucede de inmediato.
IS: La impaciencia es resistencia. El tiempo es relativo: si algo no llega rápido, no significa que no esté en camino. A veces, el universo espera que estemos listos. A veces, hay que soltar el control y confiar en el proceso. En mi taller, enseñamos a escribir en tiempo presente, con gratitud anticipada. No como si fuera una promesa lejana, sino como si ya estuviera sucediendo. Y algo increíble ocurre cuando uno escribe desde esa certeza: la realidad empieza a moverse de formas inesperadas.
ADD: ¿Alguna vez has manifestado algo con la escritura?
IS: Todo en mi vida lo he escrito antes de vivirlo. Desde viajes hasta encuentros, desde aprendizajes hasta personas. He escrito cartas a mi yo del futuro y luego he encontrado esas cartas años después, dándome cuenta de que todo había sucedido. No siempre de la manera exacta que imaginé, pero siempre con un propósito mayor.
ADD: Entonces, para quien quiera comenzar a manifestar con la escritura, ¿cuál sería el primer paso?
IS: Escribe desde la certeza. No digas “Quiero esto”, sino “Esto ya es parte de mi vida”. Siente la emoción de ya haberlo recibido. Y sobre todo, no escribas desde el miedo o la necesidad, sino desde la gratitud. Lo que agradeces, crece.
ADD: Fascinante. Si la escritura es un portal de creación, entonces cada palabra que escribimos moldea nuestra vida.
IS: Exactamente. Cada palabra es una semilla. Y lo que sembramos con intención, lo cosechamos en el destino.
ADD: Profundo y poderoso. Para quienes estén interesados en aprender esta técnica, ¿cómo pueden acceder al Taller de Escritura Sagrada?
IS: Ofrecemos sesiones tanto presenciales como virtuales. Queremos que esta experiencia sea accesible para todos, sin importar en qué parte del mundo estén. Lo importante es que cada persona llegue con la disposición de explorar su mundo interno y transformar su historia.
ADD: Entonces, la manifestación empieza con una pluma y una hoja…
IS: Y con la certeza absoluta de que todo lo que podemos imaginar, ya está esperando ser escrito en nuestra realidad.
ADD: Inspirador. Gracias, Iván, por esta conversación tan luminosa.
IS: Gracias a ti, André. La realidad se escribe todos los días.
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