
Una película animada intensa y devastadora que sella el legado de Attack On Titan con una última carga titánica.
Director: Yûichirô Hayashi

Attack On Titan (Shingeki no Kyojin), creado por Hajime Isayama, es una obra que revolucionó el manga y el anime desde su debut en 2009. Con un mundo distópico dominado por titanes aniquiladores de humanos y una humanidad reducida a vivir tras murallas colosales, la historia sigue a Eren Jaeger, un joven impulsado por la venganza tras ver a su madre ser eliminada por un titán. A lo largo de 34 volúmenes de manga y cuatro temporadas de anime, Attack On Titan se transformó de una historia de supervivencia a una compleja narrativa de guerra, política y destino.
Desde el comienzo, la serie captura la atención con su brutalidad y su sorprendente desarrollo argumental. Lo que al principio parece una historia de lucha contra monstruos se convierte en una exploración sobre el peso de la historia, la tradición y la moralidad en tiempos de guerra. Personajes como Mikasa Ackerman, Armin Arlert y Levi Ackerman han quedado grabados en la memoria de los espectadores, mientras que Eren evoluciona de un héroe juvenil a una figura trágica y destructiva.
La serie destaca por su estética de horror y su representación del apocalipsis. Los titanes, con su grotesca apariencia de seres humanos de proporciones aberrantes y expresiones vacías, evocan la angustia de una pesadilla surrealista. En los humanos hay un eco de los Big Eyes de Margaret Keane, con rostros infantiles que acentúan su apariencia inocente que contrasta con la apariencia aterradora de los titanes. Sin embargo, la verdadera pesadilla de Attack On Titan radica en el retumbar, una especie de ritual apocalíptico en el que los titanes arrasan aldeas sin discriminar entre hombres, mujeres, niños o bebés, acentuando el sentimiento de desesperanza absoluta.
La serie ha sido elogiada por su crudeza, mostrando el impacto de la guerra sin concesiones. Cada batalla es una lucha por la supervivencia, y las muertes de personajes importantes se dan con una frialdad realista que golpea al espectador. A medida que la historia avanza, el conflicto humano se vuelve incluso más aterrador que el de los titanes, reforzando la idea de que el verdadero monstruo está en la naturaleza de la humanidad.
El anime, primero producido por Wit Studio y luego por MAPPA, logró traducir la intensidad del manga a la pantalla con una animación impresionante y un diseño de sonido estremecedor. A lo largo de cuatro temporadas divididas en diversas partes, el anime experimentó cambios en el estilo artístico y en el ritmo de la narrativa. Finalmente, Attack On Titan: The Last Attack, la quinta película basada en la serie sirve como una recopilación de los últimos episodios del anime, condensando los momentos más impactantes en casi dos horas y media de metraje.
Para los amantes de la serie, la película funciona como una conclusión épica a una década de emociones intensas. Sin embargo, para los no iniciados, puede resultar una experiencia desorientadora. La estructura narrativa de Attack On Titan es compleja (por no decir barroca) y construye sus revelaciones a lo largo de muchos episodios; intentar seguir la trama sin el contexto previo es una tarea imposible. Además, la duración puede ser abrumadora para aquellos que no estén comprometidos con la historia.
Uno de los elementos más comentados de la película es su escena postcréditos, la cual rinde homenaje al spin-off Attack on School Castes. Esta historia alternativa presenta a los personajes en un entorno escolar, en un tono más ligero y paródico. Si bien puede parecer una inclusión extraña, este epílogo sirve como un respiro tras la intensa carga emocional de la película, ofreciendo a los espectadores una despedida más amable de sus personajes favoritos.
Attack on Titan: The Last Attack es una película hecha para los seguidores acérrimos de la serie. Su ritmo es vertiginoso, su contenido es brutal y su mensaje es demoledor. Para aquellos que han seguido la saga desde sus inicios, es un cierre impactante y satisfactorio, un recordatorio de la magnitud de la historia que Isayama construyó. Para los ajenos al universo de Attack On Titan, la película carece de contexto y puede resultar una experiencia agotadora. Pero lo que es innegable es que Attack On Titan dejó una huella imborrable en la historia del anime y el manga, y esta última entrega sella su legado con una última carga titánica.
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