Rocketman (2019)

El co-director de Bohemian Rhapsody se aproxima de una manera libre y experimental a la vida de Elton John, y el resultado es una película que captura la esencia de uno de los iconos Pop más importantes de todos los tiempos.

Dirección: Dexter Fletcher

Taron Egerton, Jamie Bell, Richard Madden, Bryce Dallas Howard, Steven Mackintosh, Richard Madden

Gracias al éxito de Bohemian Rhapsody (por cierto, una película sobrevalorada), los estudios han puesto a las grandes estrellas del rock y del pop en la mira para futuros biopics (ya se habla de proyectos sobre Iggy Pop, Dusty Springfield, Aretha Franklin, Boy George y David Bowie). Ahora es el turno de Elton John con Rocketman, un trabajo que, aunque guarda algunas similitudes con la cinta sobre el líder de Queen (músico gay, años 70, problemas con las drogas), es decididamente superior a su predecesora (aunque probablemente será subvalorada por un público masivo que odia los riesgos y que desprecia a los artistas que alcanzan a vivir su vejez).

Y es que Elton John se encuentra a sus 72 años vivo y feliz, con una pareja que lo ama (el cineasta y publicista canadiense David Furnish), con todos sus excesos superados y en paz consigo mismo; mientras que la trágica y prematura muerte de Freddie Mercury lo convirtió en toda una leyenda idealizada. Pero lo cierto es que Elton John es una de las figuras más importantes de la música popular de todos los tiempos, y una película sobre su vida y obra es más que merecida.    

Dexter Fletcher (el director que reemplazó a última hora a Bryan Singer para terminar Bohemian Rhapsody), es el encargado de esta “fantasía verídica” que adopta una aproximación mucho más libre y menos tímida sobre el artista, convirtiendo a este biopic en algo más cercano a un musical de Broadway sobre Elton John (aquí los personajes saltan a cantar en medio de la historia), que a un melodrama amarillista y edulcorado de corte televisivo sobre el ascenso, caída y redención del artista (algo en lo que cae la cinta sobre Freddie).

Mientras que los intentos por proteger el legado del líder de Queen y la intención de realizar una película dirigida a una audiencia familiar, culminaron en un trabajo recatado en lo referente al consumo de drogas y la pansexualidad de Mercury, la cinta sobre Elton John se beneficia de que el músico (quien sirvió de productor junto con Furnish), haya renunciado a su ego, permitiendo al director y al guionista Lee Hall, mostrar de una manera franca y sincera sus excesos, fragilidad, inestabilidad emocional y problemas afectivos, sin recurrir a artificios o discursos políticamente correctos. El público masivo que espera encontrar algo similar a Bohemian Rhapsody, se va a escandalizar por una película que no suprime las escenas de sexo gay, las orgías y el consumo desmesurado de cocaína y pastillas, que hicieron parte de la vida del genio de la música Pop.   

Rocketman comienza con Elton John vestido con un estrafalario traje de demonio alado, acudiendo a un centro de rehabilitación para alcohólicos y adictos a las drogas. Aquí, por medio de flashbacks el artista va a hablar sobre los inicios de su carrera, como un niño llamado Reginald Dwight, con un gran talento para el piano, pero con unos padres que son incapaces de brindarle el más mínimo afecto (encarnados por Bryce Dallas Howard y Steven Mackintosh).  

Como la música de Elton John, la cinta tiene sus momentos cursis y dulzones, y las personas apegadas a la fidelidad y a la cronología se van a retorcer en sus sillas al escuchar a muchos de los personajes interpretar los éxitos de Elton y a ver como algunas piezas musicales de los años ochenta son interpretadas en los años setenta y viceversa. Sin embrago, todo se perdona gracias a que Rocketman goza de una excelente actuación por parte de Taron Egerton (Kingsman), quien no se limita a canalizar el alma del músico, sino que también interpreta las canciones con su propia voz, de una manera más que convincente. Y como bien lo saben los seguidores de Elton, el compositor Bernie Taupin es una parte inseparable de la carrera del músico. Es por ello que la elección de Jamie Bell para interpretarlo, fue una decisión tremendamente acertada. El actor infantil de Billy Elliot (quien ha logrado conformar una sólida reputación como actor adulto), es magnífico como el amigo y el hermano, a la vez de la conciencia y la contraparte sobria y medida del cantante.

Los biopics sobre rock necesitan de momentos de experimentación y surrealismo (algo de lo que carecía la película sobre Mercury). En esta película vamos a ver al público levitando junto con el artista mientras éste interpreta Crocodile Rock, una coreografía en el fondo de la piscina donde Elton intentó suicidarse al ritmo de Rocket Man, a un Elton adulto abrazando a su versión infantil, y una recreación llena de nostalgia del fantástico videoclip I’m Still Standing, dirigido en 1983 por Russell Mulcahy.       

Y ni hablar de los aspectos creativos que se llegan a retratar en la cinta. La composición y la grabación de Your Song (la composición más bella de John y Taupin), es el momento más precioso y conmovedor de Rocketman, el cual logra hacer que se derramen algunas lágrimas en la sala.

Como es típico en los biopics sobre músicos, aquí no se deja de lado a los representantes explotadores que abusan del artista.  El primero es Dick James (Stephen Graham) un hombre escéptico y mal hablado, que descubre a Elton; y luego hace su aparición el sofisticado John Reid (Richard Madden), quien terminaría siendo amante del artista.   

Brilla por su ausencia la etapa noventera de John (nada de Sacrifice o Can You Feel The Love Tonight), pero esto no afecta a la cinta para nada. Los lugares comunes y los momentos edulcorados se perdonan, ya que Rocketman captura de una manera espléndida el talento y la humanidad de un artista único e irrepetible.

Sobre André Didyme-Dôme 1780 artículos
André Didyme-Dome es psicoterapeuta y periodista. Se desempeña como editor de cine y TV para la revista ROLLING STONE EN ESPAÑOL y es docente universitario; además, es guionista de cómics para MANO DE OBRA, es director del cineclub de la librería CASA TOMADA y conferencista en ILUSTRE. Su amor por el cine, la música pop y rock, la televisión y los cómics raya en la locura.