El novelista y director Marc Dugain, nos entrega la recreación de un delirante hecho histórico y nos habla sobre el poder y la manipulación.
Director: Marc Dugain
Lambert Wilson, Anamaria Vartolomei, Olivier Gourmet
El año es 1721. Philippe d’Orléans, el regente de Francia, en un intento por mejorar las relaciones con España, urde un plan: casar al Rey de Francia Luis XV, de 11 años de edad, con la infanta de España María Victoria, de tan solo cuatro años de edad e hija de Felipe V, el primer borbón en ocupar el trono español. Del mismo modo, le ofrece a su hija de 12 años de edad al Príncipe de Asturias, el heredero de 14 años de edad, hijo de Felipe V y hermano de María Victoria.
El recuento histórico de cómo este demencial intercambio de princesas tuvo lugar y de cómo ambas terminaron siendo devueltas a sus respectivos lugares de procedencia, es el núcleo central de la nueva película del profesor de economía, escritor y director nacido en Senegal Marc Dugain.
Su cinta posee una fotografía y una dirección de arte exquisita, un elenco de actores muy bien dirigidos, y el ritmo y la solemnidad de esa obra subvalorada de Stanley Kubrick, conocida como Barry Lyndon.
Pero la cinta de Dugain, no se centra en las desventuras de un pícaro, sino en la negación de la infancia en la aristocracia europea. A los cuatro niños protagonistas de esta historia se les manipula, todo en nombre del poder y la perpetuación de las dinastías. Sin obviedades y con una gran atención a los detalles, la película de Dugain expone a unos personajes ruines y miserables, características que contrastan con su opulencia y suntuosidad.
Intercambio de reinas es una película elegante, pero también muy emotiva y melancólica. Las novelas de Dugain, como La chambre des officiers, Campagne anglaise, Heureux comme Dieu en France, Avenue des géants, La malédiction d’Edgar (sobre J. Edgar Hoover) y Une exécution ordinaire (sobre Stalin y que él mismo llevó al cine), abordan de una manera constante las implicaciones del poder y la manipulación. Su adaptación de la novela de la historiadora francesa Chantal Thomas, no es la excepción.
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