La mejor película francesa de todos los tiempos es un bellísimo homenaje al teatro y a la poesía.
Director: Marcel Carné
Arletty, Jean-Louis Barrault, Pierre Brasseur
¿Cuál es la mejor película francesa de todos los tiempos? Algunos dicen que es Los cuatrocientos golpes de François Truffaut, otros dicen que es Sin aliento, de Jean-Luc Godard. Pero muchos otros, nos inclinamos a decir que la mejor película francesa de todos los tiempos es Los niños del paraíso, la obra maestra de Marcel Carné.
Esta hermosísima película, llena de amor, arte y poesía, fue filmada en plena ocupación Nazi en la Segunda Guerra Mundial. Su tema central es el trabajo del artista, que en manos del guionista Jacques Prévert se convierte en la búsqueda de la libertad. Los diálogos de Los niños del paraíso (cuyo título hace alusión a las personas que se sientan en el «gallinero» de los teatros), son de una belleza inigualable: cada frase emitida por cada uno de los autores es profunda, elegante y hermosa (su mayor competidora en ese sentido es All About Eve).
Les Enfants du Paradis fue la primera película en ser estrenada en Francia luego de la liberación. Es, en palabras de su director, un homenaje al teatro. Es una película sonora, con una música ensoñadora cortesía de Joseph Kosma, filmada en un glorioso blanco y negro y ambientada en el París de 1830, acerca de la actriz Garance (Arletty), símbolo de la emancipación femenina y sus cuatro pretendientes: Deburau, el mimo más grande del siglo XIX y símbolo del poder de la acción (Jean-Louis Barrault); el actor dramático Frédérick Lemaître (Pierre Barrault), símbolo del poder de la palabra; el aristócrata Édouard de Montray (Louis Salou), símbolo del materialismo humano; y el criminal Pierre François Lacenaire (Marcel Herrand), símbolo de la maldad humana.
Inicialmente se pensó como dos largometrajes de hora y media cada uno. Pero hoy en día se asume como un épico de tres horas de duración, dividido en dos capítulos: El Bulevar del crimen y El hombre de blanco. Algunos la han comparado con Lo que el viento se llevó en términos de extensión y envergadura, pero lo cierto es que Les Enfants Du Paradis supera a la superproducción de Hollywood en términos de belleza, elocuencia e inteligencia.
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