Una película en la que “no pasa nada” pero “se dice montones”. Esta es quizás la mejor película en la carrera del director Olivier Assayas.
Director: Olivier Assayas
Guillaume Canet, Juliette Binoche, Vincent Macaigne, Nicolas Bouchaud, Christa Theret, Nora Hamzawi
Podríamos llamarlas “películas-charla”. Son aquellas películas donde, con respecto a una estructura narrativa, “no sucede nada”, pero cuyo interés gira en torno a un grupo de personas que conversan sin más sobre cosas muy interesantes. Dentro de este grupo se incluyen las obras Mi cena con André, de Louis Malle; La mamá y la puta, de Jean Eustache; Slackers y la trilogía Before de Richard Linklater; así como Doble vida, la más reciente película del director Olivier Assayas y toda una obra maestra.
En la maravillosa película de Assayas, las charlas son llevadas a cabo principalmente por tres personajes: Alain Danielson, un editor de best-sellers (Guillaume Canet); Selena (Juliette Binoche), una actriz veterana del cine y el teatro, esposa de Alain y que ahora actúa en una serie de televisión; y Léonard Spiegel (Vincent Macaigne), un escritor idealista, pero poco exitoso.
Los temas de las conversaciones tienen que ver, en la mayoría de los casos, sobre los cambios radicales en la vida y el trabajo de las personas a raíz de la revolución digital, característica fundamental de los inicios del nuevo milenio. ¿Es mejor el libro en formato físico o digital? ¿Es mejor el cine que la televisión? ¿El libro está destinado a desaparecer? ¿La autoficción es un género respetable o una mera explotación facilista? ¿El arte y el comercio son incompatibles? ¿El dinero define nuestras vidas de manera irremediable? ¿Somos esclavos de la internet, de los dispositivos electrónicos y de las redes sociales?
Aquí, nuestros protagonistas (y otros más) hablan sin parar sobre estos interrogantes y sobre la vida en general. Y aunque algunas veces se dicen la verdad a la cara, otras veces se mienten entre sí (y a sí mismos). Sus discusiones no ofrecen certezas ni conclusiones, son tan solo argumentaciones de opiniones.
Sin embargo, la comedia de Assayas (la cual posee una gran inteligencia, elocuencia e ingenio, que bien podría asociarse al cine de Woody Allen o al de Eric Rohmer), trata también sobre las relaciones afectivas, sobre las interacciones entre los hombres y las mujeres y sobre cómo la idea de un amor exclusivo (perteneciente al siglo pasado) lleva al aburrimiento y a los celos, así como al odio, la hipocresía, el rencor y la mentira.
Binoche, Macaigne y Canet sobresalen con unos personajes complejos que proyectan seguridad, firmeza y autoridad en sus relaciones sociales, pero que son débiles, inseguros y temerosos en la intimidad. De la misma forma, Christa Théret y Nora Hamzawi son estupendas en sus papeles de Laure d’Angerville y Valérie, dos mujeres muy importantes en la vida de Alain y Léonard.
Doble vida es una película devastadora, pero, al mismo tiempo, supremamente divertida. Sus delirantes toques de meta cine y su interés por las frases emitidas por unos actores entregados a sus protagonistas, la convierte en una de las mejores películas del siglo XXI.
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