Con un ritmo dinámico y unas actuaciones muy bien logradas, la película sobre dos afroamericanos dispuestos a robarle un trozo del mercado de bienes raíces al hombre blanco, termina siendo una muy buena inversión.
Director: George Nolfi
Samuel L. Jackson, Anthony Mackie, Nicholas Hoult, Nia Long, Colm Meaney
En tiempos del coronavirus, los Avengers se encuentran ocupados. Mientras que Thor se encuentra rescatando al hijo de un narcotraficante en Bangladés, Nick Fury y The Falcon se dedican al negocio de los bienes raíces en la Norteamérica de los años sesenta.
Basada en hechos reales, The Banker cuenta la historia de Bernard Garrett (Anthony Mackie) un joven brillante y talentoso desde niño, quien tiene la aspiración de dedicarse al negocio de bienes raíces en la ciudad de Los Ángeles, con el objetivo de brindarle un hogar estable y digno a su esposa Eunice (Nia Long en un estupendo regreso a las pantallas), así como a su pequeño hijo.
Luego de que su sociedad con el irlandés Patrick Barker (Colm Meaney) terminara de manera abrupta, al desesperado Garrett no le queda más opción que unirse con un antiguo amigo de Eunice y dueño de un club nocturno de dudosa reputación, llamado Joe Morris (un excelente Samuel L. Jackson). Entre los dos intentan apoderarse de una parte del mercado de los bienes raíces dominado en su totalidad por los blancos, pero el racismo se convierte en un obstáculo considerable para estos dos hombres afroamericanos.
Es así que Garrett y Morris deciden contratar a Matt Steiner (Nicholas Hoult), un joven obrero sin ninguna experiencia en el negocio, para que sea el rostro blanco a mostrar en una sociedad conformada por dos mentes negras en el negocio.
El director George Nolfi muestra una notable mejoría con respecto al fiasco The Adjustment Bureau, esa malograda adaptación de un relato de Philip K. Dick protagonizada por Matt Damon. The Banker está llena de vitalidad, goza de buen ritmo, su tono de comedia le favorece, el elenco actoral asume sus papeles a cabalidad y el vestuario y la fotografía son de lujo. Esto hace que esta curiosa historia (muy poco conocida, por cierto) de cómo un par de afroamericanos se apoderaron con astucia e ingenio de un buen trozo del sueño americano acaparado por los blancos, se convierta en una cinta cautivadora, elegante y entretenida.
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