La entrañable película de Nicolas Roeg es reemplazada por un producto vacío y sin corazón, que se salva apenas gracias a unas buenas actuaciones.
Director: Robert Zemeckis
Anne Hathaway, Octavia Spencer, Stanley Tucci, Jahzir Bruno
¿Cuál es el sentido de volver a hacer una buena película? De acuerdo con el director Steven Soderbergh, solo se deberían hacer remakes de películas malas, así se daría la oportunidad y el reto de mejorarlas.
Este no es el caso de la nueva versión de Las brujas, la segunda adaptación del maravilloso libro de Roald Dahl, el autor de Charlie y la fábrica de chocolate, Jim y el durazno gigante, Matilda y el fantástico Señor Zorro. La adaptación para cine de 1990, contó con un director atípico. El fallecido Nicolas Roeg es conocido por sus estupendos e igualmente perturbadores dramas psicosexuales como lo fueron los clásicos Performance, Walkabout, The Man Who Fell To Earth, Bad Timing y Don’t Look Now. Su incursión en el cine infantil tuvo el apoyo de la actriz Anjelica Huston (en uno de sus papeles más recordados) y en los efectos especiales artesanales y llenos de alma y corazón de Jim Henson (el padre de los Muppets) en una de sus últimas producciones.
El resultado fue una de las mejores películas infantiles de todos los tiempos. La historia de un niño convertido en ratón cuando es testigo de una convención de brujas en un hotel, se llevó a la pantalla gigante con maestría y amor, manteniendo intacto el tono oscuro y perverso característico de los relatos de Dahl.
Treinta años después, Guillermo Del Toro y Alfonso Cuarón tuvieron la intención de hacer una nueva película de Las brujas, supuestamente mucho más fiel al libro (Dahl se enfureció con los cambios hechos en la película de Roeg y no permitió en vida que volvieran a adaptar alguno de sus libros). Pero lo cierto es que la nueva versión dirigida por Robert Zemeckis, el autor de Volver al futuro, ¿Quién engañó a Roger Rabbit? y Forrest Gump, presenta una mayor distancia con respecto a su fuente original que su predecesora y ciertamente, es un producto mucho más mediocre, lo cual es sorpresivo, teniendo en cuenta la reputación de su director y productores.
Pero no todo es un desastre en la nueva adaptación de Las brujas. Octavia Spencer hace un magnífico papel como la abuela del niño protagonista (Jazhir Bruno lo interpreta muy bien y Chris Rock hace un muy buen papel como narrador en su versión adulta). Asimismo, Anne Hathaway encarna a la bruja mayor con el garbo y la gracia de la misma Anjelica Huston. Inclusive, Stanley Tucci hace una muy buena interpretación del Sr. Stringer, el administrador del Hotel donde se hospedan las brujas, del mismo modo que Rowan Atkinson lo hizo en la cinta de Roeg.
El problema con esta versión de Las brujas es que es no tiene corazón. Sus efectos especiales son tan fríos como los ojos de Tom Hanks en El expreso polar y el tratamiento de la historia está muy lejos de la habilidad narrativa a la que nos tenía acostumbrados Zemeckis. Los actores pueden dar lo mejor de sí, pero una película no se puede sostener en bocas, manos y pies deformes y en unos ratones con los cuales no se siente ninguna empatía. Es una lástima que las nuevas generaciones se queden con los remakes vacíos de Charlie y la fábrica de chocolates y Las brujas, y no con esas películas con efectos especiales imperfectos pero entrañables. Esperemos que no se les ocurra tocar a Matilda.
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