Si usted es de los que extraña en la pantalla grande una fantasía de venganza con exceso de testosterona, debería conocer a Hutch Mansell, el nuevo “Duro de matar”.
Director: Ilya Naishuller
Bob Odenkirk, Christopher Lloyd, Connie Nielsen, RZA, Aleksey Serebryakov
En el 2015, el director de origen ruso Ilya Naishuller, debutó con una impresionante y arriesgada cinta de acción llamada Hardcore Henry, en la que su protagonista nunca es visto en la pantalla, ya que todo se plantea desde un ángulo subjetivo, al mejor estilo de los videojuegos en primera persona como Doom o Duke Nukem. Aunque no estaba basada en ningún videojuego, Hardcore Henry se convirtió en la película más cercana de lo que es la “experiencia gamer” y en una cinta de acción rebosante de energía y frenetismo.
Ahora, seis años más tarde, Naishuller vuelve a confirmar ser un maestro en su género con Nobody, una cinta que hace lo mismo por el actor Bob Odenkirk que lo que Duro de matar hizo por Bruce Willis.
Al igual que Willis, Odenkirk se inició en el mundo de la televisión, primero como miembro fugaz del elenco de Saturday Night Live y luego en los programas de culto The Ben Stiller Show, Mr. Show, Tom Goes To The Mayor y Tim and Eric Awesome Show, Great Job! Pero luego de dirigir varias comedias para cine (The Brothers Solomon, Let’s Go To Prison), Odenkirk se consagra como Saul Goodman, el abogado corrupto de Breaking Bad, quien luego obtuvo su propio y elogiado spin-off.
Así como nadie se hubiera imaginado que el protagonista de la comedia romántica Moonlightning se convertiría en uno de los iconos de acción más importantes en la historia del cine, nadie podía pensar que el cobarde, pero astuto protagonista de Better Call Saul fuera a convertirse en la nueva encarnación de un tipo duro de matar… Hasta ahora.
En Nadie, Odenkirk interpreta a Hutch Mansell, un aparente perdedor con una vida rutinaria y aburrida. Todos los días se levanta a la misma hora, hace las mismas rutinas de ejercicio, toma el mismo café en su misma taza, saca la basura y nunca alcanza al camión recolector. Toma el bus acostumbrado para ir a trabajar en la fábrica de su suegro (encarnado por la leyenda del cine “B” Michael Ironside) y se dedica al tedioso oficio de contaduría. En las noches, Mansell se encuentra con un hijo adolescente que lo desprecia, con una hija pequeña que lo adora y con una esposa (Connie Nielsen), quien lo mira con decepción y con la que no ha tenido sexo en mucho tiempo. Pero esta rutina se ve interrumpida por un intento de robo a la casa de la familia.
Hasta aquí lo mejor es no contar nada de la trama. Pero sí vale la pena advertir que el espectador se encontrará con una fantasía masculina testosterónica en la que un Don Nadie demostrará que en realidad es Alguien: Un hombre que no va a permitir que lo subvaloren más y que, como si se tratara de un Clark Kent ocultando la identidad de Superman, va a enfrentarse a un sinnúmero de peligrosos asesinos rusos, liderados por el psicópata Yulian Kuznetsov (Aleksey Serebryakov).
Si Nadie posee un aire similar a ese otro vengador llamado John Wick, es porque detrás de la cinta de Odenkirk se encuentra el guionista Derek Kolstad, autor de las tres primeras partes de la franquicia protagonizada por Keanu Reeves. Aquí, la diferencia está en el amor de Wick por los perros y en la de Mansell por los gatos, pero más allá de eso, los dos están dispuestos a acabar con todos aquellos que atenten contra su vida o la de sus seres queridos.
La clave de las mejores películas de acción está en su ejecución. Y en eso triunfa Nadie. Prepárense para una orgía exuberante de balas, cuchillazos y mucha sangre, tal y como la recetó el doctor.
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