Receta para una película de terror simplona e indigesta: Mezcle un poco de Stranger Things con una leyenda ancestral rusa, y ponga de director al mismo artífice de La novia, La reina de espadas y La sirena.
Director: Svyatoslav Podgaevskiy, Nathalia Hencker
Oleg Chugunov, Glafira Golubeva, Artyom Zhigulin
El director Svyatoslav Podgaevskiy sigue empecinado en destruir los mitos y leyendas tradicionales rusas. Primero con una terrible cinta de terror llamada La reina de espadas basada libremente en el relato inmortal de Pushkin sobre la codicia; luego con La novia, una película espantosa inspirada en la práctica de fotografiar a los parientes muertos; y en La sirena, retoma a ese fantástico ser acuático originario de Europa, Asia y África, para convertirlo en una especie de antítesis de la protagonista del cuento de hadas de Hans Christian Andersen, con resultados deplorables.
Ahora le toca el turno a Baba Yaga (el equivalente eslavo del “coco” o del “Boogeyman” americanos), de convertirse en la víctima del toque maldito de Podgaevskiy (esta vez en compañía de la actriz colombiana Nathalia Hencker en la dirección).
En esta versión actualizada del mito (el cual ha sido abordado innumerables veces en la televisión, en series como Supernatural o Scooby-Doo), un niño llamado Egor (Oleg Chugunov), vive con su padre, su madrastra y su media hermana bebé. Como bien se puede predecir, Egor odia a su madrastra (Maryana Spivak), se resiente con su padre (Aleksey Rozin), extraña a su madre muerta y desprecia a su hermanita, hasta que ella es raptada por la Baba Yaga, quien llega al hogar disfrazada como una siniestra niñera llamada Tatyana (Svetlana Ustinova).
Egor ayuda a su vecina Dasha (Glafira Golubeva), una niña que vive con una madre estricta y que solo tiene de compañía a EVA, una aplicación virtual de su celular, a evadir a un grupo de niños bravucones, liderados por Anton (Artyom Zhigulin), otro niño ignorado en su casa. Al final, los tres van a intentar desentrañar el misterio de la Baba Yaga y encontrarán algo de ayuda en un misterioso hombre llamado Mrachnyy (Igor Khripunov), quien es uno de los únicos adultos que recuerdan la desaparición de sus hijos.
La Baba Yaga ya había llevado al cine hace poco en Don’t Knock Twice, una cinta británica mediocre, pero con una premisa interesante (una madre ex drogadicta intenta redimirse al tratar de salvar a su hija adolescente de la bruja), que llega a ser muchísimo mejor que esta versión rusa, que bien podría llamarse Bah-Bah Yawn-Yawn.
Los guionistas Natalya Dubovaya, Ivan Kapitonov y el mismo, intentan emular el éxito de la serie Stranger Things, al poner a un grupo de niños como los protagonistas que intentan resolver el misterio sobrenatural, pero ni siquiera llegan al nivel de Scooby y sus amigos. Lo único interesante en esta versión de Baba Yaga la encontramos en la dirección de arte, cortesía de Vlad Ogay, que por momentos nos recuerda a los clásicos del cine Giallo Suspiria, Profundo Rojo y Phenomena. Pero hay que tener en claro que Podgaevskiy no tiene ni un ápice del talento y el ingenio del maestro Dario Argento.
P.D.: Huyan de las versiones dobladas al español o al inglés. Son diabólicas.
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