
Zéro de Conduite (Cero en conducta) (1933)
Una película onírica y de una gran belleza que exaltó la rebeldía juvenil por primera vez en el cine.
Una película onírica y de una gran belleza que exaltó la rebeldía juvenil por primera vez en el cine.
Louise Brooks se consagra como uno de los símbolos sexuales más notorios en la historia del cine, gracias a su papel de Lulú, en todo un clásico del cine silente.
Censurada y casi destruida por problemas legales, Nosferatu resucitó como una obra esencial del imaginario cinematográfico y un reflejo eterno del miedo y la forma.
La obra maestra de Sergei Eisenstein es un manifiesto cinematográfico que revolucionó el lenguaje del cine a través de un montaje ideológico radical, cuyas secuencias, como la inolvidable masacre en las escaleras de Odessa, siguen marcando el pulso del cine de acción y de la propaganda política en pantalla.
Un clásico del cine silente y un trabajo infravalorado de Chaplin que debe revisarse.
Un clásico que convirtió la locura en lenguaje visual, definió el estilo del expresionismo cinematográfico y anticipó los horrores del siglo XX.
El primer largometraje de Chaplin es una obra fundacional del cine moderno que articula humor, crítica social y emoción.
Una epopeya de montaje, innovación y ambición sin freno que fracasó en la taquilla pero que dejó una huella indeleble en la historia del cine y en generaciones de cineastas.
La monumental obra de D.W. Griffith es tanto una hazaña técnica como un manifiesto racista, admirada por su lenguaje cinematográfico y condenada por su retrato apologético del Ku Klux Klan.
Un hombre se enfrenta a su duplicado, en la primera película importante para el cine alemán.
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