Director: Giuseppe Colizzi
Terence Hill, Frank Wolff, Bud Spencer
Dios perdona…Yo no es un excelente y violento Spaghetti Western y quizás la mejor cinta protagonizada por la dupla conformada por Bud Spencer y Terence Hill (de hecho, es su primera colaboración juntos).
El ex-campeón olímpico de natación Carlo Pedersoli, apareció por primera vez en el cine como un guardia del imperio romano en la película Quo Vadis de 1950. Luego cambió su nombre a Bud Spencer, porque admiraba al actor Spencer Tracy y le gustaba la cerveza Budweiser.
Por su parte, Mario Girotti inició su carrera como actor a los 12 años de edad con la película Vacanze col gangster de 1951. A comienzos de los años 60 participa en el clásico Il Gattopardo de Luchino Visconti y en la cinta española Pecado de amor, protagonizada por Sara Montiel. Cambia su nombre a Terence Hill (porque las iniciales coincidían con el nombre de su madre, Hildegard Thieme y en honor a Publio Terencio Afro, autor de comedias en la época del imperio romano.
El director Giuseppe Colizzi se había embarcado en la tarea de hacer una película de vaqueros en Italia, buscando emular el éxito obtenido por Sergio Leone (Por un puñado de dólares, Por unos dólares más, El bueno el malo y el feo) y Sergio Corbucci (Django). El actor Peter Martell (Pietro Martellanza) iba a ser el protagonista de su película, pero una fractura en un pie al comenzar la filmación, llevó a que fuera reemplazado en último momento por Hill. El resultado fue una química explosiva con Spencer, que se explotó en más de veinte películas, entre las que se destaca la maravillosa trilogía de los hermanos Trinity.
La historia acerca de un bribón llamado Cat Stevens (Hill) quien se une a Hutch Bessy, el rudo investigador de una aseguradora (Spencer), para buscar el oro sustraído en un cruento robo a un tren, a cargo del villano amanerado Bill San Antonio, (un excelente Frank Wolff), tiene todo lo que se puede pedir de una película de vaqueros hecha en Italia: codicia, traición, maldad, tiroteos, torturas y demás delicias del género. Esta es toda una descarga de testosterona convertida en una película sucia, salvaje e imperdible.
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