Born To Be Blue (La leyenda de Chet Baker) (2016)

Una vida marcada por la belleza y la destrucción: Born to Be Blue propone una reimaginación melancólica del mito de Chet Baker, atrapado entre el esplendor del jazz y el abismo de sus adicciones.

Director: Robert Budreau

Ethan Hawke, Carmen Ejogo, Callum Keith Rennie

El jazz, como el alma humana, se construye con silencios tanto como con notas. En Born to Be Blue, Robert Budreau no intenta ofrecer una cronología exhaustiva de la vida de Chet Baker, sino un retrato impresionista de su caída y resurrección en los años sesenta, cuando el trompetista (tras haber sido brutalmente golpeado y perder casi por completo su capacidad para tocar) intenta reconstruirse desde las ruinas de su propia leyenda. Este enfoque, más próximo a una meditación fílmica que a una biografía convencional, propone un juego especular entre el hombre real y el mito, entre lo que fue y lo que se quiso creer de él.

Ethan Hawke se entrega al papel con una vulnerabilidad poco habitual. Lejos del virtuosismo actoral que busca el lucimiento, su interpretación se apoya en lo quebradizo: la voz ronca, el cuerpo encorvado, la sonrisa que apenas se insinúa y que, cuando aparece, duele más que consuela. Hawke construye un Baker silencioso, introspectivo, casi fantasmal, y logra transmitir una sensación de exilio permanente: de la música, del amor, de sí mismo.

La película se permite licencias creativas desde el comienzo, incluyendo la recreación de un falso rodaje sobre la vida del propio Chet Baker dentro de la narrativa, un recurso metacinematográfico que funciona como declaración de principios: no se trata de una biografía, sino de una meditación sobre la identidad, la caída y el precio de la autenticidad. La cinta escoge un tono sombrío, contenido, a veces demasiado autoconsciente. Esa decisión estética, si bien coherente con el universo del personaje, puede resultar sofocante: la cámara se mantiene cerca, los espacios son cerrados, la luz tenue y grisácea, como si la vida misma estuviera en un compás de espera.

El guion, aunque sobrio, peca a ratos de previsibilidad. El arco narrativo (del descenso a los infiernos a la lenta y dolorosa recuperación) se ciñe demasiado a la estructura tradicional del biopic musical. Lo que la distingue, sin embargo, es su rechazo a glorificar al artista a través del sufrimiento. Aquí el dolor no redime: simplemente está. No hay catarsis, apenas atisbos de alivio. La relación con Jane (interpretada con solidez por Carmen Ejogo), una actriz que encarna distintas mujeres de su vida, ofrece uno de los pocos contrapuntos luminosos del relato, aunque también se ve atrapada en el mismo registro emocional contenido que domina toda la cinta.

A diferencia de Miles Ahead, de Don Cheadle, que opta por un abordaje más caótico, vibrante y libre (en consonancia con la energía explosiva de su protagonista), Born to Be Blue elige el camino de la melancolía estilizada. La comparación no es caprichosa: donde Cheadle dinamita las convenciones del biopic con una estructura fragmentada y un tono lúdico, Budreau mantiene la solemnidad como norte, confiando en la emoción contenida y el tono reflexivo. Es una apuesta legítima, aunque menos arriesgada.

La música, por supuesto, juega un papel central. No tanto como banda sonora omnipresente, sino como eco, como herida. Cuando finalmente escuchamos a Baker tocar, comprendemos que la película ha estado todo el tiempo afinando esa nota final, ese solo que, por breve que sea, justifica toda una vida de caos.

Born to Be Blue no es una película perfecta. Pero en su respeto por el silencio, en su atención a lo mínimo (un gesto, una mirada, una respiración entrecortada), logra algo valioso: retratar no tanto al icono sino al hombre que, por momentos, deseó desaparecer bajo la leyenda. Y lo hizo.

Sobre André Didyme-Dôme 1873 artículos
André Didyme-Dome es psicoterapeuta y periodista. Se desempeña como editor de cine y TV para la revista ROLLING STONE EN ESPAÑOL y es docente universitario; además, es guionista de cómics para MANO DE OBRA, es director del cineclub de la librería CASA TOMADA y conferencista en ILUSTRE. Su amor por el cine, la música pop y rock, la televisión y los cómics raya en la locura.

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