Una interesante sátira acerca de la insensibilidad de los periodistas y del mundo militar ante los horrores de la guerra.
Dirección: Glenn Ficarra, John Recua
Tina Fey, Billy Bob Thornton, Martin Freeman, Margot Robbie
La dupla conformada por los directores Glenn Ficarra y John Requa (artífices de las comedias inteligentes Crazy, Stupid, Love y I Love You Phillip Morris), nos presentan una punzante adaptación de las memorias de la periodista Kim Barker tituladas The Taliban Shuffle: Strange Days in Afghanistan and Pakistan, rebautizadas como Whiskey Tango Foxtrot, que desde el código fonético internacional utilizado por los militares, hace referencia a las siglas WTF.
Tina Fey, la inspirada guionista de una de las mejores épocas del programa Saturday Night Live y la protagonista de 30 Rock, una de las mejores comedias televisivas de los últimos tiempos, es la encargada de interpretar a la periodista que abandona su lugar de comfort escribiendo artículos intrascendentes, para ofrecerse como voluntaria para cubrir el conflicto bélico en Afganistán y Pakistán, siendo testigo de cómo las emboscadas, las bombas y los tiroteos producto de los enfrentamientos militares, se mezclan de una forma surrealista y delirante con el consumo de alcohol, drogas, promiscuidad y fiestas desenfrenadas producto los corresponsales periodísticos.
Además de una maravillosa interpretación por parte de Fey, la cinta se enriquece con la presencia de Margot Robbie, quien encarna a una ambiciosa e inmoral periodista de la BBC; Martin Freeman (The Hobbit), como un egocéntrico fotógrafo escocés; Billy Bob Thornton como el cínico General Hollanek; Christopher Abbott (A Most Violent Year) como Fahim Ahmadzai, un conductor con conciencia moral; y Alfred Molina como Ali Massoud Sadiq, un político lujurioso que posiblemente se convertirá en el Primer Ministro de Pakistán.
La cinta, que en algunos momentos se vuelve caótica y difícil de seguir, logra cumplir la labor de mostrarnos cómo los artífices y los encargados de cubrir las guerras, son unos adictos a la adrenalina que se vuelven insensibles al horror inherente a los conflictos bélicos. Esta es una lección moral que tanto militares como periodistas deberían tener en cuenta y que, aquí se transmite en por unos medios difíciles de trabajar hoy en día como lo son la comedia y la sátira.