CHiPS (Patrulla motorizada recargada) (2017)

Director: Dax Shepard
Dax Shepard, Michael Peña, Vincent D’Onofrio, Kristen Bell

CHiPS, la exitosa serie de televisión de 1977 creada por Rick Rosner, obtiene su adaptación cinematográfica a cargo del actor y director Dax Shepard (Idiocracy).

Esta película está dirigida principalmente a los seguidores de la serie. Aquellos que nos divertimos con las aventuras de John Baker y Frank Poncharello, dos agentes de la patrulla motorizada de California, quienes resolvían crímenes, multaban a los infractores, rescataban a los pasajeros accidentados y, en sus ratos libres, miraban y seducían mujeres, bailaban música Disco y hacían comentarios sobre la amistad que rayaban en lo homoerótico.

La verdad sea dicha, la serie CHiPS (siglas de California Highway Patrol), era todo un placer culposo: estaba mal actuada, las historias eran absurdas y ridículas y los diálogos eran ingenuos e infantiles. Pero había algo que la hacía irresistible. Tal vez eran los mega-accidentes de tráfico en los que se destrozaba una gran cantidad de autos, o tal vez era la química lograda entre los actores Larry Wilcox (John Baker) y Erik Estrada (Poncharello). Probablemente eran ambas cosas.

Quienes fueron fieles seguidores de la serie y reconocen sus defectos, van a disfrutar mucho de la película. Esta no llega a ser una deconstrucción en clave paródica, como lo fueron las dos maravillosas adaptaciones para el cine de 21 Jumpstreet. CHiPS, la película, logra mantener el sentido del humor, la acción y la ligereza de la serie original, sin destruir la esencia de la misma. Pero, al mismo tiempo, transforma la ingenuidad de su fuente original en una película políticamente incorrecta para nuestros tiempos: sucia, grosera, con referencias sexuales explícitas y con mucha acción violenta. Su director sabe que los fanáticos de la serie ya somos adultos y que podemos (y queremos) ver en la pantalla lo que en la serie tan solo se sugería. Si no hay novedad, ¿qué sentido tiene ver una adaptación de una serie de televisión en la pantalla grande?

Aquí, John Baker (interpretado por el director Dax Shepard), es un excampeón de motocross con lesiones múltiples, de pésima puntería, seguidor firme de las reglas y que no puede aceptar que su esposa ya no lo ama. Su contraparte, Frank Poncharello, (encarnado por Michael Peña), es un agente del FBI encubierto con un ego subido, metrosexual, con una fijación fetichista por las mujeres con pantalones para hacer yoga, motociclista irregular, de actitud descuidada y rebelde y confundido en cuanto a su vida sexual. Shepard y Peña logran una química similar a sus equivalentes televisivos y la estructura de humor y acción se mantiene intacta, en gran parte, gracias a ellos. Su jefe (que en la serie original era interpretado por Robert Pine), aquí es una mujer veterana (Jane Kaczmarek), quien no le teme a su sexualidad (un cambio más que bienvenido).

El villano encarnado por el hipnótico Vincent D’Onofrio, las situaciones graciosas y emocionantes, y las múltiples referencias a la serie, hacen de esta película un placer tan culposo o más, que el generado por la fuente original. Se perdona que personajes como el inepto Grossman o el mecánico Harlan no aparezcan en esta versión, pero algo que no tiene perdón es la ausencia de los mega-accidentes antes mencionados, los cuales eran uno de los principales atractivos de la serie.

Es muy probable que los millennials, al desconocer sus orígenes, perciban a CHiPS como una película ridícula y absurda y que algunos setenteros y ochenteros, se sientan ofendidos por su tono vulgar (que incluye múltiples escenas de desnudos, malas palabras, sexo virtual, consumo de sustancias, decapitaciones y mutilaciones y muchas referencias al sexo oral). Por otra parte, los que saben que el tono ridículo es la misma esencia de CHiPS, van a encontrar que esa misma vulgaridad convierte a la cinta en algo muy disfrutable.

Sobre André Didyme-Dôme 1649 artículos
André Didyme-Dome es psicoterapeuta y periodista. Se desempeña como editor de cine y TV para la revista Rolling Stone en español y es docente universitario; además, es director del cineclub de la librería Casa Tomada y conferencista en Ilustre. Su amor por el cine, la música pop y rock, la televisión y los cómics raya en la locura.