Director: Ridley Scott
Michael Fassbender, Katherine Waterston, Billy Crudup, Danny McBride
El director Ridley Scott asustó a todo el mundo en 1979, con su híbrido entre ciencia ficción y terror llamado Alien, una película que le debe mucho a la cinta de 1958 It! The Terror From Beyond The Space, acerca de un alienígena parásito tan salvaje como letal.
En 1986, el director James Cameron orientó la historia hacia la acción, con la magnífica secuela titulada Aliens. Y posteriormente, los directores David Fincher y Jean Pierre Jeunet se encargaron de Alien 3 (1992) y Alien Resurrection (1997), respectivamente. Aunque la opinión generalizada es que la segunda y la tercera parte son productos mediocres, en realidad fueron unas aproximaciones muy originales a la historia planteada por Scott y los guionistas Dan O’Bannon y Ronald Shusett.
Luego vinieron dos horripilantes crossovers titulados AVP: Alien Vs. Predator (2004) y Aliens Vs. Predator: Requiem (2007), unos productos imbéciles que ayudaron a desacreditar la historia de Alien (así como la saga de Predator).
Para el 2012, Ridley Scott decide volver al universo de este alienígena fálico diseñado por el gran H.R. Giger, con Prometheus, una precuela de Alien que, aunque no nos muestra realmente al icónico extraterrestre y no alcanza la tensión y la maestría de la cinta original, no llega a decepcionar a los fanáticos.
Ahora, Ridley Scott nos presenta Alien: Covenant, una cinta que se desarrolla 10 años después de los acontecimientos sucedidos en Prometheus y que continúa siendo una precuela de Alien. La recomendación es que, si usted no ha visto Prometheus, la vea antes de Alien: Covenant, para poder entender algo de la truculenta historia.
Sin recurrir a spoilers, basta decir que esta nueva cinta de la saga, gira en torno a una nave espacial llamada Covenant, quien viaja hacia un planeta recóndito con la intención de colonizarlo. Mientras la tripulación de la nave y los colonizadores se encuentran en estado de animación suspendida, el androide Walter (del mismo modelo de David, el androide de Prometheus), se encarga de su protección. Al ser despertados de manera violenta debido a un incidente, la tripulación (muy similar a la tripulación de la nave Nostromo de la cinta original), reciben una señal que los obliga a cambiar su rumbo, con desastrosas consecuencias.
Los problemas de Alien Covenant son varios: Primero, es una cinta que no llega a asustar y tampoco a emocionar. Luce como un proyecto cansado y redundante que lleva al espectador a preguntarse sobre la necesidad de continuar esta saga, más allá de una retribución monetaria producto de la taquilla. Segundo, Ridley Scott no le aporta nada nuevo a la historia más allá de unas cuantas revelaciones sobre el origen del monstruo. Tercero, la estructura de película slasher (un grupo de personas van siendo asesinadas brutal y sistemáticamente por un monstruo) ya está mandada a recoger. De hecho, la película Life, estrenada semanas antes, copió de manera descarada la propuesta de Alien afectando inevitablemente el impacto de Covenant.
Sin embargo, Ridley Scott no es ningún tonto y Alien: Covenant ofrece una dirección de arte excepcional, una gran actuación de parte de Michael Fassbender y no se queda en la acción superficial, para tratar de manejar un oscuro mensaje ecológico. Eso hace que Alien: Covenant no llegue a ser una mala película. Sus precuelas no son el desastre que significaron los episodios 1, 2 y 3 de Star Wars (dirigidos por George Lucas 20 años después de las cintas originales), pero sí llegan a generar una desilusión similar.